Tubo de ensayo

25/abril/2024

René Delios

 

La verdad ¿Qué con eso de andar minimizando u obstaculizando lo que ha hecho y hace AMLO?

 

¿Esa actitud los hace mejor a qué o a quién?

 

Digo, porque ha sido y es claro el objetivo ¿Pero les ha servido?

 

Es como pasaba en las campañas y me refería ayer a eso, cuando cuestiono del porqué, cada sexenio, quieren reinventar a México cuando este pueblo ya es milenario: solo quiere justicia: minimizar las propuestas del colero aun sean mejores que las del puntero en el extremo, borran todo lo bueno del que se fue, en aras de que no le hagan sombra al que llega al poder.

 

¿Eso ha aportado al proyecto de nación?

 

Porque huelga decir que el proyecto de nación no es de quien llega: eso ya está en la Constitución, y no hay otra que soberanía nacional y bienestar social.

Si no hay eso, hay demagogia; los neoliberales como les dicen ahora, ciertamente procuraron la apertura del país, y el desarrollo social no se dio tal cual fue planteado desde Miguel De la Madrid, pero no les importó durante treinta años ¿Qué explicar ante lo evidente?

Así que hablamos de reorientar el camino, no al estilo de Estados Unidos, no. Ojalá y nada nos acerque a esa frialdad social para con sus propios, a esa indiferencia al dolor de otras naciones, a ese cinismo político ante el mundo, no.

O sea que, si el punto es pensar en un proyecto de nación ¿Qué objeto tiene imponer el criterio de uno?

Eso es secuela del presidencialismo, sin duda, el llamado institucionalismo a ultranza, cómo pasaba con el PRI -como pasa hoy con Morena-, en que aun los proyectos no prosperaban, no se corregían por no exhibir al mandatario en turno.

Y así era: eliminar primero a retomar y mantener lo mejor que hay de cada mexicano, indistinto partido o religión, en aras de volver a darle toda la confianza al proyecto unilateral del triunfador de la elección, que en nuestro caso va volver a ser la 4T: se va a seguir sin conciliar en el próximo sexenio.

Porque eso es lo que pasa ahora, sin importar que México es una nación de naciones, un país por lo tanto plural, diverso pero integrado: nos fragmentamos un 2 de junio completamente polarizados, pero nos unimos un 15 de septiembre completamente coincidentes; nos desmentimos y defendemos el día del informe presidencial de quien sea, pero nos integramos al unísono el 2 de noviembre celebrando a la muerte.

Pero así es en México de calle, de barrio y pueblo, de tribunas y políticas encontradas, que ya deben tomar una ruta, aun las diferencias, aparte de que me parece interesante observar que algunos quieren que el mundo globalizado se interese por un proyecto de gobierno proteccionista, no neoliberal en lo económico, cuando es lo que está en boga desde hace ya cuatro décadas en el mundo, y la relocalización de mercado es un ejemplo de ello, siendo México un receptor importante de la tendencia para los próximos años, por lo que no lo ven como un país populista, de tendencia proteccionista, como se dice ahora en campaña.

 

Campaña que cae en lo mismo: descalificaciones.

 

Y regresamos al principio: desde luego que hay avances en el sexenio, de lo contrario la economía fuera un desorden, empezando por el peso, estable, reconocida como la mejor moneda secundaria que no es poco decir: la más estable de América Latina, además de que la nación se coloca muy bien en la relocalización, crece el flujo de divisas, el intercambio comercial con EU, entre otros muy buenos factores económicos.

Pero eso no es del interés de Chonita, la de la fonda mercado, de Pedro, el bolero de la plaza de armas, o de Mireya Y, la cantante del antro, no: no saben de eso, solo que la vida esta cara, que el dinero no alcanza; se usa la carestía y que hay mucha violencia para denostar al gobierno: no entienden de política económica, de logística y de índices de reducción de la violencia; solo saben lo que dicen en la tele, en la radio, los diarios, que dicen que México, es un caos.

Así la llevan diciéndole a la gente desde que inició el sexenio, y ya tendremos la oportunidad de hacer otra medición el 2 de junio: si el dolo y la inquina informativa da frutos o frustraciones.