Tubo de ensayo

24/abril/2024

 

René Delios

 

Verdaderamente ¿Para qué un debate entre los candidatos al gobierno de Chiapas?

Se trata –en los excesos de la pluralidad- darle voz a los menos igual que a los más, y en éste caso a las candidatas de Va por Chiapas –que es perredista-, y  la del MC-que es ex petista-, les conviene por imagen que se realice ese debate, pues les tienden el escenario para cuestionar al gobierno estatal morenista y destacar en el discurso cuestionador-no tienen de otra-, y en el exceso recurrir a la retórica de baja calidad y cuestionar el pasado político de Eduardo Ramírez Aguilar, cuyo origen no es velasquista como señalan los más, sino de mucho más atrás, desde Comitán mismo dónde fue alcalde, en la era de Pablo Salazar, pero esa es una historia que el candidato ya contará.

La que cuenta ahora es que ese debate programado por el IEPC, beneficia más a los opositores que al aspirante del partido en el gobierno, salvo éste los pulverice –que es lo más seguro, según las estimaciones-, pues en el tema de la praxis política es claro para varios que el senador Eduardo Ramírez “tiene más tablas” que sus adversarias, Karla Irasema Muñoz Balanzán, candidata del partido Movimiento Ciudadano, y Olga Luz Espinosa –diputada federal perredista-, candidata de Va por Chiapas.

 

Hay un detalle: ¿Y las preguntas?

 

No se ha oído nada sobre qué preguntas le va a hacer la ciudadanía -aun no consultada- a los candidatos ¿O las van a diseñar el consejo abultado del IEPC?

Dos cosas destacan en estas campañas, como en las pasadas y en las anteriores a las pasadas: las encuestas amañadas o compradas y la guerra sucia entre los equipos de los y las candidatas -hacia todos los niveles de gobierno-, y que se reflejó en ese debate mediocre a presidentas de la República, en el que Mayne solo garantiza –o hace ver- que hay pluralidad en éste país, y que, como la aspirante del MC en Chiapas, sus posibilidades son nimias, pero ahí está, sin números propios, pero con iguales oportunidades.

Destacan –decía- los equipos de cada uno de los más posibles y desde luego, obvio los medios de todo tipo publicando y emitiendo sus encuestas a cuestas, presentando metodologías fantásticas sacadas de mil mangas, que “sustentan” la calidad de sus resultados, pero no el momento de sus preguntas que –y es a lo que quiero llegar-, como sabemos, claves para la resultante deseada. Porque si algo tienen esas encuestas es mucha psicología aplicada, pues no es lo mismo preguntar a finales de quincena por el opositor, que a principios de ésta por el puntero.

Así los tecnicismos, que incluyen la redacción de la pregunta por parte del encuestador, la zona de residencia o labor, y así, pueden conducir o manipular contenidos hacia un resultado específico.

Desde luego que se puede, y más en zonas susceptibles por la pobreza que padecen: los analistas le llaman explotación política de la pobreza, cuando hay campañas, y explotación social de la pobreza, cuando ya se es gobierno y el mandatario de que se trate, aparece como benefactor del pueblo, cuando peste usa el dinero público.

 

Pero esa es otra historia.

 

En Chiapas como sabemos se renueva la gubernatura, 24 diputaciones federales de mayoría relativa, 16 federales de representación proporcional, 125 presidencias municipales, igual número de sindicaturas para los ayuntamientos y 875 regidurías. Al unísono se eligen 21 diputados federales –entre 13 uninominales y 8 plurinominales a la tercera circunscripción-, y tres senadores.

Habrá seis boletas electorales.

Pero regresando:¿Qué con eso de que alguien gane un debate electorero?

En los más despierta el morbo no el análisis político ¿Y quién “gane” lo hace mejor a qué o a quién?

Es como minimizar las propuestas del colero aun sean mejores que las del puntero.

O sea que, si el punto es pensar en un proyecto de entidad ¿Por qué no retomar las buenas propuestas del adversario?

Se supone que como el triunfador, también pretendía lo mejor para Chiapas, y bueno fuera que igual pasara con los buenos programas del gobierno anterior, por lo general borrados por el que entra, incluso a nivel federal, aun fueran del mismo partido.

En fin, se trata de actuar con certeza de lo que existe, de lo real que hay y desde luego padecemos: dejar la retórica, aplicar la métrica o la planeación posible, porque eso de que acá nos sigan diciendo que Chiapas “es el gigante que despierta” –así anda desde los años 80´s del siglo pasado y de eso va para medio siglo-, ya basta, como tampoco caer en la retórica que la culpa de éste rezago es del pasado sin decir culpables.

Así que las decisiones deben ser flexibles, no atrapadas en lo cuadrado del populismo o en lo aventurero del capitalismo abusivo.

Sabemos que va a ser complejo atraer capitales importantes que no sean prestadores de bienes y servicios, pues bueno fuera que llegara industria de la transformación –la que genera valor agregado, trabajo-, pues se cuenta con bastante disponibilidad desde tiempo ha en especial en la ideal Costa del estado-, tanto en comunicaciones por cielo, mar y tierra, con un aeropuerto internacional, un puerto de altura, nueva vía férrea con conexión al transístmico, y una buena carretera hacia el centro del país y Centro América.

Es lo que hay en lo posible, esperemos que los empresarios los vean viable.