Explota Gabriel Ripstein “código genético” en el cine

4/febrero/2015

Tomar la decisión de dirigir cine representó un reto para Gabriel Ripstein, quien salió del clóset cinematográfico con mucho “valor e ingenuidad”, para dar forma a su primera película, 600 millas, una historia protagonizada por Tim Roth que, en breve, abrirá la sección Panorama de la Berlinale.

“Soy afortunado, porque nací en un set de cine, es lo que he visto mi vida entera; pensé que la vida eran cables y proyectores, fui afortunado, pero siempre quise dirigir y por alguna razón lo oculté e ingresé a la industria por el lado del negocio”, dijo Gabriel Ripstein, sobre su debut.

“El cine está en mi código genético. Mi papá (Arturo Ripstein) vio la película un par de veces, en un corte que no era el final, y me dio notas muy precisas y útiles, se notaron sus 50 años de experiencia, me decía que tuviera cuidado con algunas escenas, fue una fortuna tener acceso al señor”, comentó.

Con el visto bueno de su padre, Gabriel tomó como tema a desarrollar el tráfico de armas por la frontera entre México y Estados Unidos, enmarcado por el Operativo Rápido y Furioso, y lo llevó a otro nivel, que incluyó la participación de vendedores de armas reales.

“Para que esto funcionara me propuse que fuera lo más real posible, me apoyé en diseñadores de producción, para que todo fuera real, que la gente vistiera como visten en la calle, que los vendedores dieran armas como se venden”, dijo.

El tema de las armas ha tocado la vida de Gabriel desde la infancia. Su abuelo era cazador, pero lo que llamó su atención fue el uso brutal que le dan a las armas en Estados Unidos, y cómo este fenómeno permea a la sociedad mexicana, el tráfico tomó otras dimensiones.

“Crecí entre armas, muy distintas a las que vemos en la película; en casa de mi padre siempre existieron las armas, mi abuelo nos llevaba al campo de tiro los fines de semana y mi hermano se volvió un tirador excepcional, cazaban patos y mi abuela los cocinaba.

“Siempre han sido parte de mi vida, pero me enseñaron que a las armas se les respeta, fue esa falta de respeto la que me llamó la atención de la cultura norteamericana; trivializan el objeto, lo ven poderoso, es un país consumidor de armas de una forma brutal”, agregó.

De alguna manera, su película concentra temas cercanos a su vida; por un lado las armas y por otro una visión particular sobre el modo de hacer cine. “No creo que haya un sello heredado, mi padre tiene un estilo propio, pero hice una película como la veía yo.

Respecto a la temática de su primer largometraje, el realizador señaló: “Nunca quise hacer una película política, ni de denuncia, lo que me interesó mostrar es cómo se compran las armas en Estados Unidos, como se meten las armas a México”.