‘Yo no soy el inventor de la píldora anticonceptiva, el inventor fue el doctor Gregory Pincus a quien conocí y me distinguió con su amistad; yo soy el descubridor del compuesto químico que originó la mencionada píldora. Algunos dicen que somos los padres de la píldora, no los inventores’, escribió Luis Ernesto Miramontes
Agencias
Entre los creadores de la píldora anticonceptiva figura el austriaco Carl Djerassi, como más famoso, pero la patente del compuesto químico base de este revolucionario invento, pertenece también al ingeniero mexicano Luis Ernesto Miramontes, cuyo nombre aparece primero en la patente original, y a George Rosenkranz.
Miramontes fue quien descubrió el eslabón final para hacer un compuesto llamado noretindrona, que varios científicos, incluyendo Djerassi, buscaban para completar sus investigaciones.
El descubrimiento se produjo en México el 15 de octubre de 1951, la investigación fue financiada y desarrollada por un laboratorio fundado en México, Syntex, y uno de los principales compuesto se extrajo de una planta endémica del país, el barbasco.
Luis Ernesto Miramontes Cárdenas, un mexicano que procreó 10 hijos y falleció en 2004, a sus 26 años, no tenía idea del impacto que años más tarde tendría el descubrimiento que realizó en un pequeño laboratorio en la Ciudad de México: la posibilidad de sexo sin procreación.
El descubrimiento le valió ser incluido al US Inventor’s Hall of Fame junto a figuras como Thomas Alva Edison y Louis Pasteur.
“En ese momento no tuvo idea de la magnitud, faltaban algunos años para que se viera que era muy importante ese descubrimiento, él era además una gente muy modesta, muy humilde, que no andaba presumiendo que había sintetizado algo”, recordó en 2015 para Excélsior el doctor José Luis Mateos Gómez, profesor emérito de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien conoció a Luis Ernesto Miramontes en Syntex en 1953 cuando éste le asesoró su tesis.
En entrevista, el exalumno de Miramontes se refirió a la necesidad que había en esos años por producir hormonas de manera sintética, ya que entonces eran muy caras y los procesos para obtenerlas sumamente complejos, básicamente de extracto de orina en grandes volúmenes o del colesterol animal.
Así nació la empresa Syntex que formó un grupo de investigadores, que entre uno de sus proyectos, tenían la encomienda de tratar de sintetizar 19-nor-esteroides.
“El grupo estuvo constituido por el director general de la empresa George Rosenkranz, luego el director científico Carl Djerassi, un químico austriaco, y luego entró en ese proyecto el joven químico mexicano que fue el que con sus manos lo hizo (la síntesis) pero hay que dejar claro que el mérito no es sólo de él, sino de toda una organización”, aclaró el doctor José Luis Mateos Gómez.
El propio Luis Ernesto Miramontes escribió en un artículo publicado en la Revista de la Sociedad Química de México, en 2001: “Yo no soy el inventor de la píldora anticonceptiva, el inventor fue el Dr. Gregory Pincus a quien conocí y me distinguió con su amistad; yo soy el descubridor del compuesto químico que originó la mencionada píldora. Algunos dicen que somos los padres de la píldora, no los inventores”.
Ahí mismo Miramontes, quien murió en 2004, detalla que en octubre de 1951 aisló en el laboratorio los primeros cristales de noretisterona con la esperanza de haber encontrado un fármaco antiabortivo, pero el futuro demostró que lo que consiguió fue lo que la humanidad realmente necesitaba: un antiovulatorio cuya primera patente se realizó en México.
Nueve años después de la hazaña lograda en el laboratorio por el químico Luis Ernesto Miramontes, la Food and Drug Administration aprobó la comercialización de la píldora luego de que se probó en Puerto Rico y Haití en seis mil mujeres y en Estados Unidos en diez mil voluntarias.
“Se encontró algo que evitara la ovulación en la mujer cada 28 días. Siempre se había querido controlar la fertilidad humana para evitar un crecimiento desmedido de la población y antes de que existieran las pastillas anticonceptivas, pues solamente había medios mecánicos o el famoso método del ritmo, que no funciona o funciona muy mal, y con esto (la píldora) se logró un método confiable, en el que las señoras que no quieren tener familia por X motivos en un momento de su vida, sólo tienen que tomar la pastilla todos los días y con ello evitan la ovulación y si no hay ovulación, entonces no hay fertilización”, destacó el doctor José Luis Mateos Gómez.
Actualmente hay nuevos métodos para controlar la fertilidad en diversas formas de administración, pero la píldora, cuya sustancia activa se sintetizó en plena capital mexicana, fue la que revolucionó la sexualidad en el mundo, ya que hasta entonces no se conocía ningún método eficaz y mucho menos amigable que permitiera el control natal.
Científico
Luis Ernesto Miramontes Cárdenas nació el 16 de marzo de 1925 en Tepic, Nayarit.
Estudió la licenciatura en ingeniería química en la UNAM, y recibió su doctorado por la misma casa de estudios.
Fue distinguido al entrar al Salón de la Fama para Inventores, en la Oficina de Patentes de EU en Washington.
Recibió el Premio Nacional de Química 1986.
En 1992 el IMSS nombró en su honor el Hospital Regional No. 1 de Tepic “Luis Ernesto Miramontes Cárdenas”.
LEGADO A LA HUMANIDAD
Desde muchos años antes, distintos laboratorios en el mundo intentaban ya sintetizar una sustancia que evitara el embarazo. Millonarios altruistas como los Rockefeller o Katherine McCormick financiaron muchas investigaciones.
Pero, de acuerdo con declaraciones a este diario, el profesor Felipe León Olivares, de la Facultad de Química de la UNAM, el hecho de que tan anhelada “síntesis” se lograra primero en México, tampoco fue una casualidad, pues el país vivía entonces una especie de época dorada de la Química.
El profesor Felipe León, es quizás la persona en el país que más ha estudiado este episodio histórico, además de que lo ha escuchado de viva voz de sus protagonistas. En entrevista, aseguró que para entender esta historia, hay que comenzar por el fundador de Syntex, el científico estadunidense Russell E. Marker, inventor de la técnica para extraer la materia prima.
Marker, buscaba una forma de producir progesterona -un compuesto de tipo hormonal base para muchos medicamentos- a partir de plantas, pues en ese tiempo se hacía con testículos y ovarios de animales, algo laborioso y caro. Un gramo de progesterona pura llegaba a costar 80 dólares.
En México existe una gran tradición herbolaria que incluye plantas que se utilizan como abortivos, para modificar los ciclos menstruales o simplemente para disminuir las molestias de la menstruación, esto fue lo que atrajo a Marker al país.
Tuvo éxito, logró producir varios kilos progesterona a partir de una planta llamada “cabeza de negro”, en un rudimentario laboratorio de Veracruz. Regresó a su país en busca de apoyo para producirla industrialmente, tenía un gran negocio en sus manos, “nadie en esa época había producido tal cantidad de progesterona”, afirma León.
Sin embargo, relata, ningún inversionista lo apoyó, pues, entre otras cosas, la industria estadunidense estaba más ocupada en la segunda Guerra Mundial que comenzaba.
El apoyo lo encontró de regreso en México, en manos del empresario húngaro Emeric Somlo. Juntos fundaron el laboratorio Syntex con Solomo como accionista principal. Una disputa por dinero ocasionó la ruptura entre ambos personajes luego de un año.
Marker se fue, creyendo que se había llevado los secretos de progesterona con él, sin embargo en poco tiempo Syntex perfeccionó la técnica de Russell Marker para extraer dicho compuesto a partir de otra planta, el barbasco.
De acuerdo con el profesor León Olivares, Marker era tan celoso de su trabajo que se rodeaba de asistentes analfabetas para que no descubrieran sus secretos, simplemente les enseñaba trabajo técnico manual.
Sin Marker, esta política cambió y Syntex firmó un convenio con la Escuela Nacional de Química de Tacuba, antecedente de la actual Facultad de Química de la UNAM, para que los estudiantes realizaran en el laboratorio sus investigaciones de licenciatura y además les permitían publicar sus trabajos en revistas científicas.
El propio Carl Djerassi, comenta en su libro La Píldora de este hombre, que la posibilidad de publicar sus investigaciones fue lo que lo convenció de aceptar un trabajo en Syntex, en un país tan “extraño” como México, pues no era algo que se permitiera comúnmente en los laboratorios comerciales.
El laboratorio pronto se convirtió en proveedor de la industria y en punta de lanza en la investigación. Antes de la píldora anticonceptiva, Syntex y su grupo de jóvenes mexicanos lograron avances significativos en la producción de cortisona, uno de los compuestos más rentables de la época.
Carl Djerassi y George Rosenkranz, llegaron a Syntex para dirigir la investigación sobre estrógenos. Al equipo se unió un joven nayarita, muy hábil, de 26 años, estudiante de la Escuela Nacional de Química que estaba haciendo su tesis de licenciatura bajo la tutela de Djerassi, Luis Ernesto Miramontes.
León Olivares explica que Miramontes fue quien descubrió el eslabón final para hacer un compuesto llamado noretindrona, que varios científicos, incluyendo Djerassi, buscaban afanosamente. La noretindrona es la sustancia activa del primer anticonceptivo oral, por eso se les considera a ellos los inventores.
Según León, Miramontes hizo una primera síntesis de un compuesto que tenía algunas impurezas, pero al analizarlo resultó exitoso, pues conservaba su actividad biológica, algo indispensable para fabricar un medicamento.
Djerassi le pidió una segunda prueba que no tuviera impurezas. Así lo hizo, pero resulto que esta vez el compuesto no funcionó. Miramontes descubrió que las “impurezas” eran lo que en realidad le daban actividad biológica a la sustancia y completó el método para producirla.
El desarrollo de la píldora para su distribución comercial se dio posteriormente en los Estados Unidos y Puerto Rico y salió a la venta en 1960.
Syntex, mudó su sede a Estados Unidos años después y fue absorbida por la multinacional Roche en 1994, sigue teniendo filiales en México.
Rosenkranz se nacionalizó mexicano, siguió trabajando en Syntex por muchos años, actualmente vive en México y tiene 98 años. Carl Djerassi, se retiró de la ciencia, pero a sus 91 años, sigue escribiendo poesía, novelas y obras de teatro.
Miramontes, fue de los fundadores del Instituto de Química y es considerado uno de los tres orgullos nacionales de la química junto con el Nobel, Mario Molina y Andrés Manuel del Río, descubridor del vanadio. Murió en el 2005 y el próximo 14 de marzo cumpliría 87 años de edad.
Miramontes era consciente de que la píldora liberaba a la mujer para que tomara decisiones. También era consciente de que se trataba de uno de los descubrimientos más importantes del siglo”, aseguró el profesor León.