Editorial

29/mayo/2025

 

El tema de la fiscalización o administración de la justicia da –y ha dado- para llenar bibliotecas; su estudio y critica como mejoría, han sido una constante de siglos, en o con relación a la libertad de pensamiento que, conllevaron a abolir esclavitud, la declaración de los derechos humanos, que a más de un siglo ha sido parte de la adecuación constitucional de los pueblos, y obvio del humanismo, que es una corriente filosófica del XIX que llega a la administración pública –tardíamente- vía 4T, y que quienes ignoran su importancia la descalifican a priori.

 

Ni negar que la fiscalización –aún- y la administración de justicia en México, son corruptas; era necesaria la sacudida: las mercedes y privilegios de la cúpula administrativa judicial, sobre todo la federal, era dorada, soberbia, capaz de desafiar entre once ministros ungidos, a quinientos diputados federales y 128 senadores electos, lo que era irregular, so pretexto del equilibrio de poderes cuando –volvemos con la corrupción-, era claro que las suspensiones y cancelaciones de reformas constitucionales fueron –ya está claro- para beneficiar a la industria eléctrica –falta la minera-, principalmente extranjera, o bloquear mociones como el  Plan B electoral, por asuntos del presupuesto a partidos que perjudicaba electoralmente a la oposición, a la que por cierto no les sirvió de nada pues, el pueblo borró  al PRD y casi nulifica a la derecha y seguidores, en la elección federal pasada.

 

El punto es que la situación imperante en el ámbito judicial obligaba al Estado mexicano –no a AMLO o a Claudia, no sean chiquitos- a iniciar medidas profundas para que la administración de justicia sea eficiente, satisfaga los justos reclamos de la población y a la vez, en los juzgados la “interpretación” de la ley no sea a modos de intereses ajenos a ésta.

 

Hoy el tema es que no están bien integrados los listados de aspirantes a los cargos de ministros, magistrados y jueces; qué son gente del partido gobernante, entre otras cosas.

 

¿No que Morena carece de gente?

 

Más bien hasta la gente de oposición, se está vistiendo de marrón.