Siempre ha sido parte del quehacer político que los protagonistas a cargos de decisión –administrativo o popular-, escuchen a los sectores productivos locales, pero también a los emprendedores y empresarios que invierten en Chiapas, pues en el ámbito nacional prefieren otras sedes.
Los inversionistas le apuestan al desarrollo de su empresa, pero a la vez, deben tener garantía de seguridad. Así, al asentar sus empresas en el estado, muestran confianza y de ahí la importancia de garantizar la seguridad, la propiedad, el estado de derecho.
En la entidad hay buena política, buen gobierno, sabe escuchar, y aplica la mediación, que no es lo mismo que la concertasesión que solo administra los problemas, los conflictos, la diferencias y solo acumula las minutas incumplidas.
Otros son los tiempos y la forma de hacer gobierno, por lo que quienes llegan en posición de “el todo o nada” a imponer criterios, ni al caso. La política plantea humanismo y transparencia; ya no habrá preferidos ni olvidados, reprimidos y sino diálogo, y no faltarán los que caigan en la prepotencia, la intolerancia disfrazada de inconformidad, pero se dará preferencia a ese diálogo, pues ya no se puede solapar abusos, Chiapas ya ha padecido muchos.
Es importante por eso respetar los derechos de terceros, el ambiente de tranquilidad social que la sociedad demanda y que el gobierno está obligado a hacer valer.
