René Delios
Igual no quieren entender que México -o Chiapas- es uno a la hora de gobernar, y muy aparte de las siglas partidistas en el poder, no tenemos una buena cultura política que permita reconocer lo que el gobierno -aun no sea de nuestro partido- hace bien.
¿Todo –en serio- está mal?
Polarizado el tema político, el de los gobiernos estatales es también polémica, y eso sucede desde los niveles municipales, desde luego –lo vemos en Tuxtla y el “tabasqueño”-, en que se está o no con el gobierno, lo que es muestra de intolerancia y posible cierre a la discusión de la oposición.
Erróneamente el ex presidente AMLO lo dijo primero cuando refirió que: “o están con su gobierno o nada”; sí, fue una frase que se oyó totalitarista, lo que dio motivo a sus adversarios a explotar la idea de que el gobierno de AMLO iba tendido al autoritarismo destructor, tipo Venezuela, cuando lo destructor y explotador en el mundo es el capitalismo, que da beneficio a solo 25 naciones de más de 180 países, sin que se plantee un desarrollo sustentable e integral que permita al menos terminar con la pobreza global, ya no la equitativa distribución de la riqueza, porque capaz se infartan ¡Son comunistas!
De esos 25 países al menos diez han sido devastadores con sus vecinos, a grado tal que hay rescoldos históricos al parecer insuperables: Estados Unidos, Rusia, China, Alemania, Reino Unido, Francia, Japón, Israel, Arabia Saudita y Corea del Sur.
Ciertamente me esperaba una crítica dura por parte de los seguidores de la doctora presidenta, porque insisto en que es demagogia hablar de la corrupción como el origen de nuestros males naciones, y no presentar a los culpables, que es lo que hizo su antecesor.
Ahora estamos enfrascados en la polémica por que el ex presidente Zedillo, en entrevista la soltó los Gobiernos de Morena, a los que acusó de convertir a México en “un Estado policial” en el que “murió la democracia”.
Y así como esas una cada semana, y mientras los mismos males aquejando a los mismos de siempre, que deben de ser el tema principal de éste país: los pobres. Esto es que hay que atenderlos como parte de la sociedad, y a la vez, como obligación del gobierno; en ambos sentidos es humanismo, una palabra que pocos saben que fue planteamiento de AMLO, que no la usó con frecuencia –lo ha usado más Claudia (“humanismo mexicano”)-, por ponderar la figura de la 4T.
Pero bien se dice que la pobreza en México es para explotarla social y políticamente, en especial en estos tiempos electorales, pero se acerca uno, polémico, cuestionado por lesionar la división de poderes, la democracia, el equilibro constitucional, entre otras tantas lindezas, pero no pueden más pues, en esta elección de aspirantes al poder judicial, no participan partidos políticos, solo profesionales del derecho, sea cual sea su filiación.
Pero alegan de todo con tal de desprestigiar no al proceso, sino al gobierno, en una cantaleta que no capean, y que sino trabajan con la base, les va a doler en 2026 –elecciones municipales en dos estados- y sobre todo en el 27 en que se va a elegir a los gobernadores de medio país (16), y la cámara federal de San Lázaro, y desde ahora, tratan de poder en duda la transparencia del INE, porque saben –en especial los de ingeniería electoral de los partidos-, que a cómo están hoy, no le ven el pelo a Morena.
La corrupción es implícita a la vida nacional, y ha sido modus operandi por sexenios y éste no va a ser la excepción -se insiste-, porque no se elimina por decreto, sino con ejemplos y deben ser contundentes.
Si la presidencia o Morena no meten las manos en el proceso, va a ser notorio, pues habrá observadores internacionales, incluso gente del exterior que viene bajo consigna, pagadas por gente de adentro, en busca de perjudicar al gobierno de Morena, aunque se le haga daño a la “insipiente” democracia de México, como dijo Zedillo, buscando minimizar los triunfos contundentes de Andrés y Claudia –ambos con votaciones sin precedentes y en progresiva participación-, aun sea claro que se trata de afectar la imagen del país como “dividido y antidemocrático”.
Y eso que el señor fue presidente.
Como esta, otras tantas que ha intentado el conservadurismo que choca con pared, pues la banda -que sí es una- se da cuenta.