René Delios
Para una entidad que reclamaba desde el siglo pasado un desarrollo humano con equidad, la aplicación de políticas integradoras y sustentables de corto y mediano plazo se han demorado.
¿Cómo es posible que se gastaran dinero en un estadio de futbol o un lienzo charro en el presente siglo?
Ahí están como testimonio de la megalomanía de los gobernantes, pues ambas construcciones son verdaderos elefantes blancos, como tantos construidos en éste México de decisiones institucionales absurdas.
En su momento dijeron que con esas obras se buscaba colocar a Chiapas no sé en qué lado del desarrollo nacional, porque esos paquidermos de concreto nada más no sirven de nada, pero si demuestran el hasta dónde un gobernador puede destinar el varo a su antojo, aun la entidad sea de las más pobres del país, en obras suntuosas que se deberían sancionar como una irresponsabilidad.
Esas y otras cosas realizadas en Chiapas en cada gobierno, no remontaron los niveles de desarrollo social y humano que buscaban los gobernadores que los impulsaron, que fueron inversiones o estructuras costosas en su momento y de poco uso, y ya ni se diga de beneficio.
Cada gobernador en su momento tiene su obstinación, ideas en lo particular que quieren imponer en lo general, aún en la entidad ni se lo exijan y ni existan las condiciones para ello.
Millones de pesos se invirtieron no solo en ese estadio, el lienzo, la ciudades rurales sustentables, los parques agroindustriales, o la producción de biodiesel, que si bien obras con sentido, se repite, no hubo o hicieron buena planeación, no merecieron continuidad.
Ni quien mencione o reconozca quienes realizaron esas obras.
Lo digo porque en el ámbito federal, se da la continuidad, con la Cuarta Transformación, con el combate a la pobreza y a la corrupción, como prioridad, cosa que debería ser también medular en nuestra entidad, con rezagos sociales muy altos dentro de la media nacional, que ha ocasionado que promotores del delito se aprovechen de esas condiciones de desabasto y satisfactores personales.
Esa situación o condición social, sigue ahí.
Así, en cada sexenio ha habido desde iniciado el siglo, suspensión de programas de buenos avances, y a reinventar a Chiapas al sexenio siguiente.
Eso ya no puede ser.
Sabemos desde hace tiempo cómo está la entidad y de qué han adolecidos sus habitantes, como abusado sus gobernantes.
Por eso no es éste pueblo tan manipulable como dicen: desde acá resonó en su centro la selva; desde también se sacó al PRI del poder en 2000 cuando perdió la presidencia; acá llegó también la 4T cuando llegó a palacio nacional: Chiapas es vanguardia desde finales del siglo pasado, y mostró su contundencia: 8 de cada 10 votos para a su actual gobernante.
Lo que se ve es un asunto de correspondencia, de ahí que el mandatario convocara a una reunión recién para establecer los procesos de fiscalización para toda la administración pública, que debe regirse por la transparencia, referencia esta que la gente, el pueblo, escucha con escepticismo, y eso a pulso ganado por los gobernantes y sus actos de corrupción, de antes y recién, y de la clara falta de aplicación de eso: fiscalización, que ha permitido desfalcos, enriquecimiento ilícito o inexplicable, y que esperemos que ahora la Maestra –de las estudiadas en las Europas-, Ana Laura Romero, mantenga con todo rigor.