Esperanza de vida y Covid-19

22/abril/2025

* Héctor Fernández Pedroza/(EL UNIVERSAL)

Por estas fechas, hace un lustro, comenzaba a sentirse las secuelas de la primera de varias olas del Covid-19, pandemia que se saldó con la mayor tragedia humana del país solo superada por la Revolución Mexicana, consecuencia a su vez, de una política de salud sustentada en la dejadez y la improvisación que ubicó a la nación entre las cuatro con mayor mortandad a nivel mundial.

 

De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública de la Secretaría de Salud, el exceso de mortalidad en 2020 fue de 311 mil 328 personas, mientras que en 2021 fue de 309 mil 150, montos que significan, en cada uno de estos años, que murieron 40% más respecto a la registrada en 2019, cuya tendencia se había mantenido sin sobresaltos a lo largo de la década pasada.

 

En efecto, al pasar de 747 mil 784 defunciones en 2019 a 1 millón 86 mil 743 y 1 millón 122 mil 249 decesos (respectivamente en 2020 y 2021), en estudios internacionales se hizo sonar la alarma de que la esperanza de vida de los mexicanos y mexicanas había retrocedido 4 años.

 

Para entender lo anterior hay que situarse en la estadística nacional formulada por el Inegi, en que en 2020 -sin contar todavía la hecatombe que se venía- da a conocer los resultados del último censo poblacional decenal, que junto con la información que concentra de otras fuentes (como las defunciones derivadas de las actas del Registro Civil) se determinaba que el promedio de vida de la población mexicana había alcanzado ya los 75 años, desglosado en 78 años para las mujeres y 72 años para los hombres.

 

Si damos credibilidad a las estimaciones internacionales, debido a los estragos del Covid-19, la media de edad de las defunciones en 2020 y 2021 se había recorrido a edades más bajas o tempranas, es decir, en promedio, la mayoría –en ambos sexos- no superaron los 71 años de edad, cuatro años menos que en 2019.

 

Para analizar objetivamente dicha información, no se puede soslayar, que, en México, en una centuria se ha pasado de una esperanza de vida promedio de 35 años de edad a comienzos de siglo XX (similar en todo el mundo) a 72.51 años en 1990, 73.65 en el año 2000 y 74.05 en 2010. Esto implica, que la expectativa de vida en nuestro país ha crecido, en las últimas tres décadas, cerca de un año por decenio.

 

Por lo que una vez hecha la confronta con la base en los datos del Inegi, se debe descartar una supuesta disminución en términos reales en la esperanza de vida de la población a mediano y largo plazo. Si bien es previsible que en la Encuesta Intercensal que se realiza en este año se refleje todavía la caída en el promedio de vida de la población, no solo por los dos años funestos que marcaron la pandemia, sino porque en el tercer año (en 2022) también se registra (aunque no con la misma intensidad) una mortandad superior en 11.33% en relación a las acreditadas en 2019, derivada, posiblemente, de las complicaciones en aquellas personas que lograron sobrevivir en un primer momento al Covid-19.

 

El mejor indicio de que el promedio de vida en México tiende a estabilizarse lo podemos observar en la tasa de defunciones de 2023 en que la ubica en 619 por cada 100 mil habitantes, cifra que es inferior a la pronosticada para ese año (640) en caso de que no hubiera ocurrido la pandemia y mantenido el crecimiento absoluto de muertes entre 2014-2019 que fue del 2.5%, situándose en ese año de prepandemia en 588 por cada 100 mil habitantes. Tasa bruta que aumenta anualmente debido a la misma dinámica del volumen total de la población, al pasar de 126 millones en 2020 a más de 130 millones en que cerrará el 2025.

 

Lo cierto, es que será hasta el Censo de Población y Vivienda de 2030, cuando se pueda verificar la tendencia de casi un año más por década en la esperanza de vida, sin obviar la penalización de dos décimas (0.2) consecuencia de la pandemia.

 

Pese a que estamos todavía lejos de los 84.3 años del promedio de vida en Japón, de los 83.8 años en España o de los 79 en Estados Unidos, es tiempo de que comiencen los ajustes a las proyecciones económicas y presupuestarias ante un escenario irreversible en el crecimiento de los adultos mayores.

 

* Autor de las obras Derecho a la Identidad Personal y Cédula de Identidad en México, editorial Civitas&Universitas, 2022.

hfernandezp@comunidad.unam.mx