Una máxima de la justicia dice que las acusaciones se verifican, se sustentan, pero se observa incluso en medios informativos que entrevistan a terceros para promover el morbo, la desinformación, pues finalmente lo dijo tal, no el medio informativo, y como parece que en este país, la difamación tiene permiso –y más en las redes sociales-, no pasa nada.
La vez en que Ismael Mayo Zambada hizo su carta de auxilio al gobierno federal, ante el temor de ser ejecutado en Estados Unidos, no faltaron los que señalaron como cierto, que ya había compromiso entre el maleante y la presidenta.
Y para cuando Trump empezó a llamar narcoestado a México, obtuvo resonancia local, con la mala fe de vincular al personaje político con el narco, según para desenmascarar la situación y que el pueblo de México se entere.
El pueblo de México se entera, analiza, y decide, y pese a que este ataque lleva ya más de un sexenio, la verdad los números y resultados electorales no benefician a los denunciantes, porque no tienen credibilidad, por el mismo manejo que le dan a los contenidos.
Pero la giremos: ¿Por qué no reconocen a la administración de la mandataria por el cómo ha superado cada escaño desde que asumió el poder?
No, no lo van a hacer: prefieren felicitar a Trump.