Agencias
Entre 2015 y 2021, el abuso contra personas de cero a cinco años en México aumentó un alarmante 315 %, según datos revelados por Ricardo Bucio, presidente ejecutivo del Centro Mexicano de la Filantropía (CEMEFI) durante la presentación del libro Construcción de Comunidades Religiosas Seguras, la violencia hacia las mujeres es significativamente mayor en todos los tipos de abuso —económico, psicológico, físico y sexual— desde las etapas más tempranas de la vida. En tres de cada cuatro casos, esta violencia afecta a más del 90 % de las mujeres, especialmente en el ámbito sexual, psicológico y económico.
Bucio enfatizó que la desigualdad no comienza en la adultez ni con la brecha salarial o la exclusión de espacios de decisión. “La desigualdad empieza con el inicio de la vida misma”, afirmó. Este panorama, vinculado a la conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, evidencia la urgencia de diseñar políticas que trasciendan los cuidados y se enfoquen en el género.
En este contexto, Bucio destacó la importancia de construir comunidades seguras como una política esencial para garantizar la protección integral de la infancia y de los sectores más vulnerables de la sociedad. El libro, escrito por Yaled Subim González Montalban y Dan González-Ortega, y publicado por el Instituto Mexicano de Doctrina Social (IMDOSOC), ofrece herramientas para identificar y prevenir situaciones de riesgo en espacios religiosos y comunitarios.
Abuso y desigualdad desde el hogar hasta las comunidades religiosas
El presidente ejecutivo del CEMEFI también señaló que, aunque en los últimos años se ha logrado visibilizar el abuso en comunidades religiosas —tema históricamente invisibilizado—, queda mucho por hacer para garantizar la seguridad en otros entornos como familias, escuelas y comunidades. Según sus datos, tres de cada cuatro casos de abuso denunciados ocurren en el ámbito del hogar, perpetrados por familiares o personas cercanas.
El mensaje es claro: la creación de entornos seguros debe ser una prioridad en todos los niveles de la sociedad, desde las comunidades religiosas hasta los núcleos familiares. Esto implica la implementación de medidas de prevención y educación que permitan romper los ciclos de violencia y desigualdad desde las primeras etapas de la vida.
Hay temas de abuso sexual en todos los países del mundo, el caso del Padre Maciel es tétrico, pavoroso, costó mucho que se aceptarán las denuncias pero también que se establecieran mecanismos de no repetición y ha sido casi inamovible la reformulación de los cimientos de las comunidades religiosas, agregó Bucio Mújica al apremiar en garantizar que todas las comunidades de vida: núcleos familiares, comunidades escolares, religiosas o parques sean espacios seguros.
Hablar del cuidado de las personas implica hablar de un sistema de cuidado y protección integral y supone de hablar de mecanismos para reconocer la desigualdad de género, recalcó Bucio Mújica, de cara al próximo 8 marzo, Día Internacional de la Mujer, al remarcar que la violencia y la desigualdad de género comienza al inicio de la vida y no hasta la vida adulta, incluido los abusos sexuales.
Bucio Mújica abundó que en los últimos años, se ha logrado visibilizar todo este tema de la inseguridad o los abusos a la niñez en comunidades religiosas que hasta hace 20, 25 años era un tema absolutamente invisibilizado en México y en el mundo. Ahora es un escándalo global en donde se han ido poniendo medidas de salvaguarda para la niñez y también medidas de educación para las comunidades religiosas. Eso no quiere decir que esté erradicado, pero ya es un asunto visible y que se sabe que se tiene que atender. Y en otro tipo de comunidades como las escuelas, quizás los centros comunitarios, barriales, las propias familias, que tienen que ser lugares seguros para niños y niñas, creo que ahí el tema está todavía más escondido todavía.
No sabemos cuál es la dimensión. Sí sabemos, por ejemplo, que la mayoría de los abusos que se denuncian —no sabemos de los que no se denuncian—, tres de cada cuatro son cometidos en el ámbito del hogar por algún familiar o por alguien cercano al hogar. Entonces sabemos que esos no están siendo los espacios seguros aún y cuando deben ser el primer espacio seguro para la vida de un niño o de una niña, agregó.
Por vía remota, Tania Ramírez titular de la Red por los Derechos de la Infancia destacó que en años recientes, se han reportado hasta 9 mil 800 casos de abuso sexual en hospitales al año. Reconoció la parte de la denuncia respetuosa de la integridad de las víctimas.
Por su parte, Raquel Pastor, especialista en derechos de infancia y adolescencia, subrayó que México es de los primeros países en abuso sexual en contra de menores en ámbitos religiosos, y recriminó que cuando salieron a la luz estas aberraciones, lo importante era cuidar la imagen, cuidar a la jerarquía y se descuidó a los niños bajo una postura adulto céntrica”, por lo que urgió a reinvidicar la dignidad de niñas, niños y sus derechos. La experta reconoció que la obra es “una herramienta desde el amor y no del miedo, para evitar el abuso a niñas, niños, adolescentes personas con discapacidad y adultos mayores.