Tubo de ensayo

26/marzo/2025

 

René Delios

La ciudadanía tiene derecho a la libre manifestación de sus ideas, como a la inclinación al culto que prefiera, y esos son derechos de los seres humanos que tienen que ver con los sentimientos y las emociones, desde luego razonadas y aceptadas a voluntad, que deben no sólo respetarse, sino también protegerse.

 

Resguardarse en la ley.

 

Por esos derechos -que incluye los ideológicos- mucha gente ha dado la vida por todo el mundo, y lamentablemente sigue sucediendo la censura, la persecución, la intolerancia, y en esto tienen que ver también un gobierno o un político o las cúpulas productivas o el crimen organizado; sus elementos están contaminados por la corrupción y la prepotencia, como sucede en casi todas las corporaciones policíacas -que cuando deben respetar la ley- abusan de un ciudadano con toda impunidad, violando sus derechos humanos.

 

Y por más que se haga público, ese o esos uniformados la más de las veces no son removidos ni sancionados.

 

Se las cambio: con los indígenas hay que respetar sus usos y costumbres ¿Y ellos porque no el de los mestizos? De siempre se han basado en esa prepotencia de abuso de usos y costumbres, que por ancestrales, deben de respetarse, cuando en realidad se violan derechos humanos por imponer modo y uso: lo tradicional, y lo peor, por parte de la autoridad como pasa en las zonas indígenas.

 

Igual eso ya, porque la que lleva las peores consecuencias, son las mujeres, las que siguen a la venta.

 

Si se puso recudir eso de la intolerancia religiosa y la hegemonía del PRI en Los Altos –por ejemplo- ¿Por qué no hacer respetar los derechos humanos? Y eso tiene que ser firme.

 

Leí que los pescadores en el mal llamado Mar de Cortés no respetan la veda de la “Vaquita Marina” y la “Totoaba” ya en serio peligro de extinción ¡Pues que detengan los navío; que los inhabiliten, cancelen el permiso! Es igual que en el estiaje a que se refirió el gobernador Eduardo Ramírez antier: cada temporada de calor lo mismo: incendios provocados por el descuido humano, y eso ya hay que sancionarlo, porque a los ecosistemas les cuesta siglos crecer, consolidarse e integrarse como habitad, para que un ser inferior que no respeta a los demás, lo destruya sin recibir una sanción ejemplar.

 

¿Y luego?

 

Por eso hacen lo que quieren, pues saben que las sanciones son menores al beneficio que reciben, aun el daño pueda ser irreversible como en el caso de la extinción, un habitad destruido y una mujer indígena violentada.

 

Ha sucedido de todo en un cuarto de siglo en Chiapas, por solo hablar del XXI, y como que hace falta que se escriba historia, pero la investigada, no la inventada, no la supuesta, para no vengan a escribir de nosotros desde fuera, en estos tiempos de la chiapanequidad de la que ya nadie habla y refiere, y ha de ser porque lo social del humanismo que transforma se impuso sobre una versión regionalista o de descolonización que bien nos hace falta no solo en Chiapas, sino en todo México, pero bueno, son cosas de la política del gobierno, en la que los simples mortales no tenemos decisión ni injerencia.