Tubo de ensayo

12/marzo/2025

 

René Delios

 

Tiene tiempo que las mañaneras se hicieron como esos programas populares que vez un rato y luego cambias de canal; la verdad, aún se cuestionen por la oposición como demagogas, ya son cotidianas –y no han sido retomadas por ningún gobernador morenista-, y siguen vigentes dentro de la 4T con la presidenta Claudia Sheinbaum, y se ve como esos malos programas de amenidades de la TV que mantienen un aparente formato abierto, en el que se puede hacer preguntas libres indistintos temas, vía algún reportero acreditado, en algo –repito- que no se practicó jamás con la hoy oposición en el poder, sea por seguridad para con el mandatario de acuerdo al formato exagerado del entonces estado mayor presidencial, o por censurar temas incómodos del momento, de los que no debía opinar nunca el presidente para no exhibirse, y sí el titular del sector en la controversia que fuese.

 

La directa voz presidencial es nota en sí misma, y llevamos que, primero Andrés y ahora Claudia, aparecen de a diario en el escenario, y la mandataria como su antecesor enfrenta la polémica, desde luego: eso forma parte del folklore, aunque la doctora no tiene la capacidad de polemizar de su antecesor, un político que casi solo, les abrió el camino a miles de afiliados al partido de su creación y que hoy es gobierno en dos terceras partes del país, mayoría en ambas cámaras federales, 27 estatales, más de la mitad de los municipios de México –ni se diga las regidurías-, y repite en la presidencia de la república.

 

Es solo seis años.

 

Esas mañaneras son un espacio para que los medios tengan acceso a la fuente presidencial –aunque con un boletín sería suficiente, dicen-, y es un contacto directo que la presidenta de la República usa no para contrarrestar todo ataque, sino que aplica una estrategia que nunca se esperaron, pues al ser expresión directa de la mandataria, es de la atención de los reporteros extranjeros, y más ahora en que es la única mandataria en América Latina que negoció tema de aranceles con Donald Trump, cosa que no logró ningún otro mandatario de Europa, lo que motivó el reconocimiento de las cámaras de empresarios del país, incluyendo el de uno de los genuinos enemigos –no adversario, enemigo- de su antecesor: Claudio X. González, acusado por AMLO de recibir financiamiento del Departamento de Estado de EU, para la asociación civil “Mexicanos contra la corrupción”, coordinada por María Amparo Casar, y que de acuerdo a sus objetivos se considera una organización no gubernamental, dedicada a realizar investigaciones periodísticas, académicas, litigios estratégicos, análisis y comunicación contra la corrupción y la impunidad en su país.

 

Yo insisto en que la versión oficial –sea en la mañanera o un boletín informativo-  siempre será la versión oficial y más si viene de la propia presidenta que tiene, eso sí, la oportunidad de debatir o desmentir o precisar en el momento mismo, el tema de que se trate, tal cual ha pasado en estos años en que sí hubo –y aún hay-, tiro por viaje, como le pasó al anterior mandatario, y huelga decir que en la retrospectiva que todos los ataques no le ganaron una al tabasqueño, y a la fecha tampoco a Claudia, incluyendo las campañas negras por avasallaje al poder judicial y a la división de poderes.

 

Nada les resultó a los compas de la ultraderecha sobre acusaciones por la corrupción administrativa y política; del tráfico de influencias, del conflicto de intereses: la oposición  hasta se consiguió intelectuales orgánicos para demeritar y hasta apareció “El rey del cash” ¿Se acuerdan?, que fue una edición en contra de AMLO, obvio por encargo, y aún el volumen de la edición, no hubo una denuncia formal: pura subjetiva, especulativa: de tener pruebas, pues se haría ante la autoridad competente para que -al menos- quede precedente, pues se entiende que hubo y aún hay torceduras pues, la corrupción no se elimina por decreto, y menos en México, país en el que no se respeta la ley ni por parte de los que la administran en los dos niveles de fuero.

 

¿Qué estoy exagerando?

 

Ya ha habido los que dicen que, los que defienden a la 4T son “chayoteros”, e igual les decían antes a los que defendían al PRI y luego al PAN, y que es en realidad un culto a la imagen presidencial o a la personalidad que fuese, y ni negar que se sigue dando.

 

La otra: tenemos claro que en la oposición hay también muy mala calidad política: sus escribanos y expresiones cuando no la logran, caen en el insulto en vez del argumento, pues si bien es cierto que en los seis años pasados no se logró mover mucho los números a favor del desarrollo humano, si son de los primeros en que hay registros de reducción de la pobreza en medio siglo, en una tasa de 9.5 por ciento –reconocido a modo por el Banco Mundial- que no es poco decir, en una nación en dónde esos números no se habían movido más que para arriba; hay estabilidad económica aun no lo reconozca esa derecha chueca, y la nación no se ha ido a la hiperinflación y contrariamente México vuelve a ser opción de inversión en quince años -aun esa amenaza arancelaria- dentro de la relocalización.

 

Pero en vez de reconocerle eso a la mandataria, criticaron a la asamblea informativa del domingo pasado por exhibicionista y cara, pues, Canadá logró lo mismo sin tanta parafernalia triunfalista, y sin la negociación entre mandatarios, pues fue entre funcionarios menores de esas dos naciones que, a lo largo de sus historias han tenido una relación más cordial que la áspera entre México y EU, desde hace más de un siglo.

 

Pero hasta de eso quieren sacar ventaja en una oposición -insisto- afónica, que parece tener muchos seguidores en las redes sociales que cuestionan de todo, incluyendo las mañaneras que aún el reconocimiento mundial por ser un foro informativo sin precedente en América Latina y el orbe y que preside la propia mandataría, cuestionan que en realidad no hace falta que la gente sea informada por la propia mandataria,  no lo hacen en EU, Rusia o China que son potencias reales, por lo que en el caso de México, se trata solo de megalomanía heredada por AMLO, así dicen.

 

La cosa es que tiene audiencia, lo que denota interés, aunque como apunté al inicio de éste bodrio, luego la gente cambie el canal una vez que la mandataria desarrolló el tema principal.