Tubo de ensayo

10/marzo/2025

René Delios

 

Ya no pierdo el tiempo con los lapidarios e intolerantes que, en la idea de exhibir al otro, atacan visceralmente personajes y acontecimientos sin aportar nada a la realidad y sus circunstancias, pues ya tenemos claro que la desinformación se desinfla con rapidez y el sentido común se impone en los criterios de la opinión pública que, como dicen, puede ser inculta pero no tonta.

 

¿O cómo se explican que, pese a toda la guerra sucia y fake news, la gente no cae n las arengas de la oposición?

 

Una de dos: ¿O no está bien diseñada la estrategia de difamación, o esa gente definitivamente no les cree?

 

Y cuando se pierde la credibilidad de la masa, se dan éstos fenómenos sociopolíticos, pues pese a ser abrumadora mayoría los seguidores de Morena, la 4T y Sheinbaum, esa masa no se ocupa y ni se desgasta en andar desmiento o confrontando a los “analistas” del Facebook, seguidores de la oposición y granjas que inflan los “me gusta” en las redes, que hacen creer a muchos que es enorme el desprestigio de la 4T y la presidenta Claudia o.

 

La gente que está con Morena le demuestra su posicionamiento con el voto, cuando debe ser, y si fuera un gobierno tan peor, no lo hubiera puesto otra vez en el poder ejecutivo, o dado mayoría en el legislativo federal, 24 de 32 gubernaturas, 27 legislaturas estatales, más de la mitad de los 2 mil 478 municipios y demarcaciones territoriales en solo seis años.

 

Eso no lo ha logrado ni el PAN, ni lo logró el PRD ya extinto ¿Por qué?

 

Es una realidad sociopolítica de análisis mundial, por el crecimiento que comprende en una nación de más de ciento diez millones de habitantes, frontera y socio comercial con los “vecinos distantes” -escribiera Alan Riding- de EU, que cuenta con una presidenta que, pensaron desde la oposición afónica que la iban aplastar, y ahora merece un reconocimiento mundial por la fórmula con que ha ido afrontando eso de los aranceles arbitrarios de Trump, so pretexto de que desde México le meten el fentanilo y otras drogas a su país, cuya broder patrol, DEA, FBI entre otras agencias, no incautan drogas en sus aduanas, ni la decomisan en sus calles desde hace décadas, y menos investigan el cómo y por dónde se da el lavado de 160 mil millones dólares en su sistema financiero.

 

Eso la sabe el mundo, el criterio fino, el analista serio.

 

Se explayaron de lo lindo en contra de la convocatoria de la presidenta al pueblo: “Un México acarreado”, vi que dijeron en el tik-tok, escribieron en el facebook, y sí, un buen fue acarreado, pues así es la política en éste país de parafernalias -más seguro, más amarrado el baño de pueblo-, en el que, la herencia megalómana de AMLO quedó acuñada, sea en éste tipo de evento de masas, o con la mañanera en la que la propia versión presidencial desmiente o minimiza el tema de que se trate en su contra.

 

Pero otra cosa son los ataques misóginos en una nación de feminicidios, de violencia tremenda de género, pues se salen de la crítica para caer con dolo en la inquina, en éste caso contra la presidenta, pero igual sea una gobernadora o funcionaria de que se trate, vía redes sociales o medios de baja estofa, que por nada están a punto de caer o en la difamación cuando no en la extorsión so pretexto de estar informando, pero subterráneo buscan negociar “su silencio”.

 

Sea la que sea, en el partido que ande, sea puesto público o de representación, por ser mujer le dan y las acusan de todo, sin que hasta la fecha, tengan material de prueba, pero tampoco, la afectada, tenga derecho de réplica que no sea aclarar en sus propias redes sociales, en éste caso la mañanera, como seguramente lo hará hoy la mandataria, ante la ola difamatoria que dejaron caer ayer sobre su convocatoria, e igual hoy aparecen ya las referencias -cuestionando a la mala- su planteamiento en torno a esos aranceles de marras, que aún se apliquen no se van a acabar y menos a doblegar a México, si es que esa fue la intención primera del demócrata reaccionario, quien solo va a durar cuatro años en el poder gringo, es decir hasta 2028, en tanto nuestra primera presidenta va a seguir en el ejecutivo hasta el 2030 -con tiempo para enderezar todo con el siguiente-, y terminar el sexenio en un año por cierto ya etiquetado como “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible” –que es de la ONU-, que es un plan de acción global según en ejecución que busca un mundo más inclusivo y próspero, y que a la fecha no se da y la prospectiva no es tan optimista como para cumplir la meta para esa fecha.

 

Pero ese tema da para otra historia.