René Delios
La democracia debe ser transparente, no una simulación.
De lo contrario hay mal de origen, y eso acaba de pasar con esa mentada –porque lo es- ley antinepotismo electoral.
Es un cinismo prorrogarla hasta 2030.
Todos los argumentos para sustentar esa maniobra que la deslizó a fin de la década en vez de aplicarla en las federales intermedias del 27, no tienen sustento.
Como el árbol retorcido que jamás su tronco endereza, cualquiera que sea el paisaje, seguirán traficando candidaturas a los hijos al menos otro periodo más, además de que llegarán a las candidaturas claves solo las élites de Morena –que ya tiene burbujas- y no personas pertenecientes a sus bases, lo que desplaza a éste tipo de militancia que, aunque son buenos cuadros, no cuentan con “equipo” y dinero para competir con un político apoyado por empresarios o esas “burbujas”, por ejemplo.
Los empresarios ya están con Morena tiene su tiempo; igual no aparecen con los dirigentes y gobernantes de ese partido, y no por impedimento de los morenos, sino por algunos adinerados que no quisieron confrontaciones con las elites de su sector, tanto en la Coparmex como en “Mexicanos contra la corrupción”, encabezados desde el inicio del sexenio pasado por Gustavo de Hoyos y Claudio X. González, y pues no están dispuestos a otro sexenio de confrontaciones, por lo que se han dado acercamientos en corto y público, tiene sus semanas, con el equipo de Sheinbaum, y se verá en las manifestaciones de apoyo a partir del domingo en que la presidenta dará a conocer la estrategia nacional en defensa de la soberanía, ante los amagues vacíos de Trump de una incursión militar en el país en contra de los narcos, que obligaría –si entran sus soldados- a una declaratoria de guerra “estúpida”, pues eliminar narcos no es eliminar el vicio de su gente que se mete 160 mil millones anuales en drogas, y así como esas políticas desordenadas hay otras, como lograr unilateralmente la paz en Ucrania, reactivar la industria oxidada de su país con aranceles al estilo del siglo XIX y recortar drásticamente el Gobierno –generando desempleo-, que non son medidas que resuelvan de fondo el problema, sus problemas, que son sociales, de criterio, no de imposiciones, en la idea reaccionaria de que “Estados Unidos primero”.
¿Al precio que sea?
Ya quedó claro que para la idea de Trump sus vecinos son lo de menos, igual que su gente, que en el caso de los mexicanos, apestan.
No solo ha sido notorio en él esa pretensión de hegemonía social conservadora; hay otros en América Latina: Javier Milei de la Argentina, Daniel Novoa de Ecuador, Santiago Peña de Paraguay, Dina Boluarte de Perú, y Luis Arce Catacota de Bolivia, con gobierno de derecha.
No habría problema sino fuera reaccionaria.
Se presenta como la nueva extrema derecha o NED, cuya operación internacional se ha consolidado mediante alianzas regionales y articulaciones globales, y ahí está el cónclave Patriots, que se realizó en Madrid, que es el enlace para que ha reunido a una alianza europea de partidos de extrema derecha, que sin rubor lanzaron una cruzada contra el “wokismo”, el “fanatismo climático” y el “globalismo socialista”.
Por EU –describen los analistas- ha tomado mucho auge la Conferencia Política de Acción Conservadora, que nació en el anterior periodo de Donald, con quien pasó los mismo que ahora.
Una áspera relación con México ¿Temas? Los mismos: narcos y migrantes, deslizando la prioridad de ver el problema no solo geopolítico, geoeconómico, sino geosocial, término que no se esa en el argot internacional, pero que forma parte del lenguaje del humanismo mexicano en su propuesta de desarrollar las zonas emisoras de migrantes en el continente, entre ellas el triángulo norte de Centroamérica, y obvio la zona colindante con éste como Chiapas y Tabasco, entidad esta última aún con problemas de seguridad, y la presencia de un grupo político asociado a Adán Augusto que a fuerza quiere gobernar, y eso complica los escenarios tabasqueños, ante una presencia delictiva muy sobrada a la que hay que aplicarle la de Chiapas.
Igual dentro de esas estrategias está la firma de un convenio de trabajo entre Javier May y Eduardo Ramírez en busca de la paz, que es similar al antes firmado con Salomón Jara, el gobernador de Oaxaca –igual viene uno igual con Rocío Nahle, la mandataria jarocha-, y hacer un bloque desde acá abajo que aparte de control contra el delito, mantenga vigilancia periódica de la migración.
Hay que señalar que salvo el de Oaxaca, los gobernadores de Veracruz, Tabasco y Chiapas fueron electos en los comicios de 2024, y que pese amuchas aristas lograron triunfos limpios sobre sus adversarios más cercanos, y que en el caso de Chiapas fue de ocho votos de cada diez a favor de Ramírez, lo que legitima sus decisiones y eso se observa en el cómo, la base social, le responde, como pasó en el reciente carnaval zoque coiteco –de origen precolombino en honor a la buena cosecha-, al que asistió el mandatario sin tanta seguridad personal y contrariamente participando directamente con la gente en ese tradicional festejo centenario.
Algo de eso veremos éste domingo en Ciudad de México, a convocatoria de la presidenta, reunión que quieren empañar desde la oposición aun el alcance nacionalista que comprende, indicando que llegarán puros acarreados, lo que no sería práctico o contundente para el objetivo, pues ya ha quedado claro en Morena que los “baños de pueblo” no le garantizan nada a los políticos cuando son abusivos, y que contrariamente hay que llamar solo a la gente que quiera y pueda participar.