Editorial

26/marzo/2025

La verdad -aún se desgarren las vestiduras y sostengan que son millones como para ganar una elección- no hay oposición en México.

 

Por eso recurren a la vía de buscar el escándalo para alcanzar notoriedad, y eso es de lástima, pues no se la ganan a pulso, sino con chismes, politiquería, baja estofa.

 

Desmadejados en el PAN y enfrentados en el PRI, descuadrilados en el MC, la realidad de esa oposición se volverá a palpar nuevamente en 2027, en las federales intermedias, en las que el PRI puede perder el registro aun gane nuevamente Chihuahua.

 

El 2027 no es cualquier fecha electoral, aparte de renovar la cámara federal de diputados, se renueva literalmente medio país: Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas; de todas, de las 16 entidades Morena no es gobierno en Chihuahua, Nuevo León y San Luis Potosí.

 

En esos estados a elegir, desde ya se dan acusaciones sin bases desde todos lados y entre los ya visibles aspirantes a gobernar, la gran mayoría –y para no variar- son senadores, diputados federales-, y en el caso de Morena, igual se registran encuestas manipuladas como acusaron en las pasadas designaciones, ahora que la disputa cupular entre Ricardo Monreal y Adán Augusto, ya es pública, lo que si bien reveló la sospechada diferencia, también obliga a los de cada clan, a no andarse con dobleces, y definir de que lado está.

 

Todo eso lo aprovecha la oposición, que ha desatado en las redes sociales chistosos memes, frases ocurrentes, “crítica aguda” pero con eso no se hace oposición, mucho menos genera votos.

 

Lo hicieron todo el sexenio pasado y perdieron veinte estados, y otra vez, la presidencia.