René Delios
Ahora que se recupera la tranquilidad social también era necesario incrementar la producción y la productividad, esto es, generar mayor cobertura de siembra y mayor rendimiento por hectárea, aunque tenemos también buena ganadería y desde luego -pero en menor grado-, producción acuícola y pesquera.
Esto, se insiste, porque los programas de gobierno ahora son transversales, no rígidos y enfocados a un objetivo en cuadrado, por lo que se amplía y enlazan de manera integral: la seguridad hoy permite desarrollar el campo; desarrollar el campo detiene la migración, y así.
Por años los apoyos para el campo fueron manipulados por organizaciones y dirigentes, hasta que se dio un real control con el programa producción para el bienestar, cuyos montos ya sabemos que son de acuerdo al tipo de producto y al número de hectáreas con las que cuente él o la productora, y que se ha ido ampliando desde su presentación en 2019, hasta tener una atención amplia para productores agrícolas de pequeña y mediana escala en todo México, que integra también a productores de localidades de alta y muy alta marginación, y su objetivo es la de “Contribuir a la autosuficiencia alimentaria, reducir desigualdades regionales, apoyar la producción y el ingreso familiar” -como lo expone en su página oficial- a productores de maíz, frijol, café y caña, producto éste último que se cultiva en solo trece entidades del país.
El apoyo por hectárea para cada productor en 2025 tiene un mínimo de 6 mil pesos y el máximo de 24 mil pesos por persona beneficiaria, y por ese sentido Chiapas por rubros, hectáreas y beneficiarios supera los trecientos treinta mil productores.
En el caso del gobierno estatal, ya se dio a conocer por el propio mandatario que se va a trabajar para reactivar el campo de Chiapas, fortalecer lo que se pausó por la inseguridad en despoblado: la agricultura, la ganadería y la pesca., lo que incluirá programas de apoyo que supongo sería mucha asesoría técnica, financiamiento y modernización en dónde sea posible, porque el rezago técnico también es bastante alto.
Oficialmente quedó fijo que “la recuperación del campo y del sector pesquero no es solo un objetivo, sino una prioridad para garantizar la seguridad alimentaria y el crecimiento económico del estado”.
Desde luego que aquí no se mencionan los problemas, la falta de buenos caminos rurales en zonas marginadas o los caciques causa problemas que de siempre quieren controlar los programas de beneficio, que ahora también va a incluir el programa de reciente creación de desarrollo estructural para el bienestar, en el que comprende que, en asamblea, cada comunidad receptora del recurso decidirá en qué invertir.
Como que hace falta un mensaje claro para lidercillos abusivos por si quieren regresar a sus modos, y para dejarlos quietos como a los grupos criminales que asolaron por años la zona frontera y sierra, perjudicando la producción, la generación de ocupación, y con ello la calidad de vida en decenas de municipios.
Aún persiste la pregunta ¿Por qué se permitió tanto; por qué no hay explicaciones: quien o quienes son los responsables?
Porque en menos de cien días es claro que sí se podía; que siempre se pudo.
En 2021 se habló de 255 mil productoras y productores en el padrón de la fecha, y que en efecto, se iría ampliando su cobertura y presupuesto, pero se repite: la producción se desanimó por esas fechas, por la presencia delincuencial en algunas regiones, pues otras, programas como sembrando vida, créditos a la palabra, siguieron son complicaciones.
Obvio no todo termina en la cosecha: hay que eliminar al coyote abusivo, apoyar en el acopio y desde luego si se puede, en la comercialización, que muy aparte de terminar con tratos leoninos, la producción debe beneficiar directamente al productor ante el comprador, aunque sabemos que en lo referente a caña de azúcar, café y maíz ya hay un esquema de compra-venta en la mayoría definido.
Esto porque ese productor debe crecer, mejorar sus condiciones de vida: muchos reciben su apoyo de adultos mayores, o son apoyados con becas para estudiantes, pero el punto es que su trabajo le rinda.
Esperemos que ya sean historia malos funcionarios y líderes traidores que medraron presupuestos y la necesidad de cientos de miles de campesinos, esto es, explotaron su pobreza.
Ahora, por el contrario, se plantea que se fortalecerá con el apoyo técnico y el financiamiento de los gobiernos del estado y federal, a esa gente del agro, y puedan vivir bien, pero sobre todo, en paz.