El bullying afecta la salud mental de los agredidos, pero también de los agresores

14/febrero/2025

Durante años, se ha estudiado su impacto en la salud mental, revelando que no solo las víctimas sufren consecuencias sicológicas

Agencias

El bullying es un problema global que afecta a millones de niños, adolescentes y adultos en diferentes entornos, desde escuelas hasta lugares de trabajo. Durante años, se ha estudiado su impacto en la salud mental, revelando que no solo las víctimas sufren consecuencias sicológicas, sino también los agresores (victimarios). Investigaciones recientes han demostrado que el acoso escolar y el ciberacoso pueden provocar ansiedad, depresión, baja autoestima y, en casos extremos, pensamientos suicidas en quienes lo padecen (JAMA Psychiatry, 2022). Sin embargo, los agresores también enfrentan riesgos, incluyendo el desarrollo de conductas antisociales, abuso de sustancias y problemas emocionales a largo plazo (Psychological Bulletin, 2022).

El impacto del bullying no se limita a la infancia o adolescencia; sus efectos pueden extenderse hasta la adultez, afectando la capacidad de relacionarse socialmente y el bienestar emocional. Un estudio publicado en The Lancet Psychiatry (2020) encontró que las víctimas de acoso escolar tienen un mayor riesgo de desarrollar trastorno de estrés postraumático (TEPT) y dificultades en la regulación emocional. Por otro lado, los agresores tienen más probabilidades de presentar problemas de conducta y trastornos de personalidad en la edad adulta (Journal of Adolescence, 2021).

Ante esta realidad, es fundamental entender cómo el bullying impacta la salud mental de todos los involucrados y qué medidas se pueden tomar para prevenirlo. A continuación, exploramos en profundidad las consecuencias sicológicas del acoso tanto para las víctimas como para los victimarios, así como estrategias para mitigar sus efectos.

Impacto del bullying en la salud mental de las víctimas

Las víctimas de acoso escolar o bullying suelen experimentar estrés crónico, lo que puede derivar en problemas psicológicos graves. Investigaciones han demostrado que los efectos más comunes incluyen:

Ansiedad y depresión

Un estudio en JAMA Psychiatry (2022) encontró que los adolescentes que sufren acoso tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad y depresión, incluso años después de que el bullying haya cesado.

Baja autoestima y autopercepción negativa

Investigaciones en Child and Adolescent Psychiatry and Mental Health (2021) revelaron que el bullying puede deteriorar la autoestima de las víctimas, generando inseguridad y miedo a la interacción social.

Estrés postraumático (TEPT)

 

El acoso escolar puede desencadenar síntomas similares al trastorno de estrés postraumático (TEPT), como pesadillas, flashbacks y una sensación de constante peligro.

Aislamiento social y dificultad en relaciones interpersonales

Las víctimas de bullying pueden desarrollar miedo a relacionarse con otros, lo que impacta su capacidad para hacer amigos y participar en actividades sociales.

Riesgo de autolesiones y suicidio

Un estudio en The Lancet Psychiatry (2020) encontró que las víctimas de acoso tienen un riesgo significativamente mayor de autolesionarse o tener pensamientos suicidas.

Consecuencias del bullying en los victimarios (agresores)

No solo las víctimas sufren consecuencias psicológicas; los agresores también pueden desarrollar problemas de salud mental a largo plazo. Algunos efectos incluyen:

Mayor riesgo de conductas antisociales

Estudios han demostrado que los agresores tienen más probabilidades de desarrollar comportamientos agresivos en la adultez, incluyendo violencia doméstica y conductas delictivas.

Trastornos de personalidad

Un metaanálisis en Psychological Bulletin (2022) encontró que los niños y adolescentes que practican bullying tienen más probabilidades de desarrollar rasgos antisociales y narcisistas.

Mayor riesgo de abuso de sustancias

Investigaciones en Journal of Adolescence (2021) encontraron que los agresores presentan mayores tasas de consumo de drogas y alcohol en la adolescencia y adultez.

Dificultades en la regulación emocional

Los estudios sugieren que los agresores suelen presentar problemas para controlar sus impulsos y manejar la ira, lo que puede afectar sus relaciones personales y profesionales en el futuro.

Depresión y ansiedad

Aunque pueda parecer contradictorio, algunos agresores también experimentan depresión y baja autoestima, especialmente si el bullying es una forma de compensar inseguridades personales.

El bullying no solo afecta a las víctimas, sino también a los agresores y al entorno escolar y familiar. Las consecuencias pueden extenderse hasta la adultez, impactando la salud mental y el bienestar general. La prevención y la intervención temprana son clave para reducir sus efectos negativos y promover un ambiente seguro para el desarrollo de niños y adolescentes.