Editorial

10/febrero/2025

De siempre nos andamos por las cúpulas y no miramos a la banqueta de la política, en la que se puede detener la corrupción si entendemos la importancia del municipio libre, soberano, como célula de la federación, y el cual se debe de fortalecer, pues los dineros ya no se deslizan fácilmente a los desvíos, usufructos, facturas infladas, contratos leoninos y lo que sucedía con los excesos de gastos en la obra pública.

 

Si esa acción autónoma se baja hasta a los ayuntamientos, el “ganón” será el pueblo, ya que cientos de munícipes tienen que rendir cuentas cada mes, pues la tecnología para eso existe, y ahí están empresas particulares que manejan más recursos que cientos de ayuntamientos –Bimbo, la Corona, por ejemplo- y tienen sus trimestres de declaraciones en regla.

 

¿Por qué no lo puede hacer un ayuntamiento con menos gastos, equipo, gente?

 

Ejemplos del mal uso en ayuntamientos hay bastantes en los últimos años, y aunque lo nieguen, con frecuencia son objeto de extorsión vía moches que, se dice se usaron en Chiapas, aunque hay que averiguar si o si, si esos recursos se dieron por miedo o se lo robaron los ya hoy ex alcaldes, varios de estos, sabemos, en investigación.

 

Todos dicen que los dejaron solos ¿Y aprovecharon esa impunidad?

 

Son muchas las preguntas y pobres las respuestas que le dan a la sociedad del porqué, pasó tanta impunidad, zozobra: en La Concordia, luego de tres años, el gobernador del estado llegó a regresar la tranquilidad social a ese pueblo de acceso a la Sierra.

 

No, ya no se le puede dar manos libres a los funcionarios municipales que no entienden que una cosa es autonomía municipal, y otra discrecionalidad sobre el presupuesto.

 

Así como se piden candados para el presupuesto federal o estatal, igual al municipal, pues la corrupción no se erradica por decreto. Bueno fuera demostrarlo con un par de ejemplo, que debe haberlos, sobre investigaciones que se siguen al respecto.