René Delios
El programa “Conecta Chiapas” no busca más que apoyar al estudiantado como herramienta, pues se trata de un servicio de Internet gratuito lanzado por el gobernador del estado Eduardo Ramírez Aguilar, para estudiantes universitarios de toda la entidad, aunque la red ya es para los estudiantes de todas las edades una herramienta moderna e inmediata que se puede consultar –bueno fuera desde el aula misma-, pues creo que en vez de entorpecer el aprendizaje como creen muchos, ampliaría con múltiples texto e imágenes, la asimilación del conocimiento de que se trate.
De la misma manera en que los infantes demostraron una adaptación sin problemas a las clases virtuales de primaria y secundaria durante la pandemia, se daría con los universitarios.
La referida de que la ausencia de pantallas en las aulas de educación básica de las escuelas públicas, debería de verse como una terrible falta de material de apoyo para el magisterio que, huelga decirlo, es también rezagado en el uso de esa tecnología que se ha adquirido y usado sin problemas en otras naciones en las que, desde tiempo ha, se desechó la técnica de la memorización por la del análisis e intercambio de conceptos educando-maestro, que si bien ya es eje del tronco común, no es practicado por un magisterio anquilosado en el sistema básico, que en buen volumen aún lo hay.
¿Pasa eso en las universidades pública y privadas?
Igual y sí.
Ya se sabe y es conocido el cómo, el celo investigador en las universidades desplaza las opiniones por lo general no de su nivel, pues no provienen de un doctorado o un investigador calificado en esos colegios de investigadores de los que forman parte, pero lo que se ve en la calle desde hace años es la infancia usa la redes social, y desde luego la Internet, y que si es un instrumento de uso diario en casa, trabajo y negocios, también es una llave para el conocimiento, por lo que marcado por nuestro tiempo, exige que la educación pública en todos sus niveles sea más moderna, tecnológica y virtual.
Y para no abundar más, antes era el libro para consultar, ahora está la Internet, y con el tiempo el estado se ahorraría un buen en libros de texto, con que los alumnos accedan alguna página de la red, pero hay los que niegan que sea lo mismo que en la página de un libro.
Muchas cosas cambiaron a raíz de la pandemia del Covid-19.
España, Perú, Argentina, México, entre tantas naciones adoptaron la enseñanza virtual, y sino rindió al cien, es porque afirman que no se trató de un proceso gradual, y que en vez de implementar un día a la semana para iniciar ese proceso, sencillamente se detuvo.
¿Porqué?
¿Se insiste acaso en que no se mantiene así la calidad de la enseñanza, o en el caso universitario, la excelencia académica y de investigación?
Bueno, ya apunté por ahí que no soy un especialista en el rubro educativo, pero sí veo y leo como se usa la Internet indistinta edad, hasta por las tías y tíos como yo que ni con la imaginación más aventurera, hubiéramos imaginado en nuestra adolescencia que alguna vez habría un teléfono en que gracias a una red virtual –término que ni se mencionaba-, tendríamos comunicación gratuita –y mundial-, televisión, grabadora, micrófono, cámara, máquina de escribir y acceso a cualquier tema para estudiarlo –y traducirlo-; contrario a lo de ahora en nuestro tiempo había que correr a la biblioteca para alcanzar un tomo de la edición que fuera, para hacer tarea.
La otra es que los chavos universitarios sin dudarlo van a agradecer el apoyo al mandatario chiapaneco, pues si bien ya usan el modo red para buscar información –que mucho flojo copia tal cual para sus entregas-, sabemos que también los hay quienes sí le entran al análisis y se “aprietan a diario el cinturón” para sacar adelante con calidad su formación profesional.