Ha destacado mucho que las denuncias ciudadanas han servido para liberar a migrantes en Tapachula y desmantelaron una red de cámaras en los municipios de Frontera Hidalgo y Suchiate, como una muestra de la colaboración que está presentando la gente al llamado de unir fuerzas en contra del rimen organizado.
Ante la acción de la justicia como respuesta a las denuncias, la sociedad adquiere confianza en que sus denuncias no serán utilizadas en su contra, como muchos dudan y ahora queda de ejemplo de que, a denuncia de algo ilícito, se actúa en consecuencia en favor de la legalidad, en este caso de 21 personas migrantes, diferente nacionalidad, que estaban siendo víctimas de retención forzada desde hacía varios días.
Y es que la cultura de la denuncia debe tomar fuerza: la gente normalmente se da cuenta de las actividades ilícitas en alguna casa urbana o finca, pero el desamparo en que se encontraba la ciudadanía, impedía que reaccionaran para exigir su derecho al libre tránsito, comercialización de productos, pues hubo cabeceras municipales como en Comalapa o Jaltenango, en dónde a las ocho de la noche “no había un alma en la calle”, y negocios nocturnos como cafeterías o restaurantes cerraban temprano.
Hubo ocasiones hasta en las que, cortaban el suministro de electricidad a las antenas de telefonía celular e internet.
Sí, en total impunidad, lo que por fortuna terminó y regresa la tranquilidad a esos municipios de la sierra, en dónde la gente solo quiere trabajar, salir adelante, sin afectar a nadie, e integrarse con todo a la labor de sacar a Chiapas de sus rezagos sociales, al unísono del llamado de la Nueva era que encabeza Eduardo Ramírez Aguilar.