René Delios
Se decía antes que, el que no llora no mama, y así es también en la política, y más en torno a las organizaciones sociales de las que antier escribí que sus líderes usufructuaron de programas de apoyo a las colonias, al campo, a la pobreza, en confabulación con funcionarios corruptos, por tantos años, a través de programas productivos, de desarrollo social o comunitario, de siniestro, en fin, por las muy diferentes formas durante más de medio siglo, y así, se dedicó dinero al campo, y dirigentes de cientos de organizaciones campesinas -incluso patito- mocharon descaradamente miles de millones de pesos, en un enriquecimiento ilícito que nunca fue juzgado y que pasó a formar parte de las muy diferentes formas en que, en este país, se explotó y explota aún la pobreza.
Así, “y ante el olvido en que esta el campo mexicano”, miembros de la Coalición de Organizaciones Democráticas Urbanas y Campesinas de al menos 17 estados del país bloquearon éste martes este martes las instalaciones de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Social en la ciudad de México, para exigir mesas de diálogo por los recortes al campo y la pesca en el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación para 2025.
Y es que para el rubro 8 del presupuesto 2025, el agro tendrá 73 mil 617 millones de pesos de presupuesto, es decir 493 millones menos que en 2024, y es por eso que –la verdad esa reducción se pueden canalizar y hasta de más, colateralmente en obra hidráulica, vía Conagua, por ejemplo-, se dice que será menos dinero para un campo paupérrimo, que para colmo en los dos últimos años, incluyendo éste, ha padecido sequías que obligaron a importar granos básicos.
Datos oficiales indican que de entre enero y abril de 2024, se compraron al extranjero 16 millones 500 mil toneladas de granos y oleaginosas, una cifra sin precedente para un periodo similar desde que existen registros, indican datos de la Agencia Nacional de Aduanas de México, recopiladas por el Grupo Consultor de Mercados Agrícolas.
Es por eso que la Coduc, “manifiesta que hay preocupación” por los recortes anunciados el viernes pasado en el paquete económico federal, debido a que hay distintas problemáticas en el campo.
La verdad quinientos millones de pesos de reducción a un presupuesto como ese no es nada. Obviamente fue calculado, no es nada más “lo quito para ponerlo en otro lado”, e insisto que seguramente se compensa de otra forma, aparte de que cada campesino recibe ya, directo, sin líder de por medio, su dinero para la producción o de Bienestar, según el caso.
Lo que sí es cierto y porque se padece en Chiapas, es la falta de pagos r
los restantes municipios de Cjápidos a los productores con los programas impulsados por el gobierno federal, que demora sus semanas, porque hay una fobia con eso del combate a la corrupción que relantiza o burocratiza los procedimientos de liquidación.
Hay ahí también una protesta por la escasez de agua para los cultivos, y en medio de eso la noticia de qué en México, los muchachos de los pasados gobiernos que ahora algunos extrañan tanto ¿Qué creen? La privatizaron, pues Enrique Peña Nieto aprobó la privatización del 55 por ciento del agua superficial de regeneración, firmando decretos con los que autorizó la explotación del agua de 300 cuencas en 20 estados de la República por particulares, con lo que trasnacionales tienen mano en el acceso a explotar los mantos acuíferos, que fue uno de los grandes problemas en Nuevo León hará dos años, pues el agua del subsuelo era para las cerveceras, no para la ciudad.
De ese tamaño, los angelitos.
Es por ello que en breve también, eso se va a corregir, porque el agua es propiedad de la nación, no de las trasnacionales.
Pero ese es otro tema.
El que nos ocupa es que los quejosos reclaman también los pocos apoyos a la pesca -que en Chiapas es apenas es visible y teniendo litoral- y el caso es que tocan hasta el tema de la seguridad alimentaria, entre otros temas para el campo.
Y así, en Chiapas, bajo ese mismo esquema, un grupo de campesinos de la Cioac se manifestaron éste martes, porque no le dan respuesta a sus peticiones, e iniciaron una serie de protestas y un plantón en San Cristóbal De las Casas.
Igual y tienen razón: las demandas sociales y de desarrollo humanos y social, le ganan a los presupuestos del país, y desde luego, cada organización, de las miles que hay por la nación, quieren respuestas favorables a sus peticiones.
La cuestión es que, de concederse, se tienen que hacer con transparencia y a través de las instancias de gobierno o instituciones que correspondan, no vía sus dirigencias, fideicomisos, y todos los demás trucos para la tranza que se usó otrora, a través de proyectos productivos inflados cuando no aceptados vía componendas entre dirigentes y funcionarios, decía, y Chiapas es el más grande ejemplo del país de esa corrupción, incluyendo la dotación de tierras en el siglo XX, pues llegó a representar el 22 por ciento del rezago agrario nacional, y muchos casos apenas se solucionaron en el presente siglo.
Es complejo: no solo se trata de producción agrícola, sino también de desarrollo humano, salud, educación, vivienda, desarrollo comunitario que reclaman solo nueve municipios de Los Altos ¿Dos, tres mil familias? y así hay otras organizaciones como la Cioac en los restantes municipios de Chiapas que, también deben de tener sus peticiones.
¿Pero por qué a 20 días del cambio de gobierno?
Eso sí que llama la atención, salvo sea un movimiento para darse a notar, mostrar “pulso”.
Se repite: en cuanto a peticiones legítimas ni quien discuta sus razones, pero deben de apegarse en su caso, a los nuevos esquemas de transparencia: no se trata “del todo o nada”, sino de negociar, y habrá que ver el porqué, como dicen sus voceros, no les han hecho caso.
La política propuesta es la atención a los pobres, o mediar, en casos de conflictos inter comunitarios; pero en cuanto a derechos sociales –cuando lo son-, sí hay que instalar las mesas, pues se trata de respuestas ante una serie de peticiones a la que la comunidad tiene derecho exponer, en la idea de que no se trata solo de administrar los problemas, como se hacía antes, sino de solucionarlos.
Esperemos que tanto la Coduc en CDMX como la Cioac en Chiapas –viejas organizaciones de lucha-, busquen eso: atención a demandas agrícolas y sociales, a las que -hay que reconocerlo- tienen derecho y no de ahora.