René Delios
Uno de los proyectos emblemáticos del gobierno de Claudia Sheinbaum seguramente será Sembrando vida -en especial el trino Chiapas, Veracruz, Oaxaca-, que a la vez que reforesta, emplea a decenas de miles de campesinos que se ganan su jornal en ese proyecto que, es muy ambicioso pues comprende también a la Mesoamérica centroamericana financiado por México, es decir que llega hasta El Salvador.
No faltarán los que minimicen la moción, que para nada es descabellada, y es con mucho optimista en la idea de que así, se combatirá la pobreza que, entendemos, no solo es por hambre o falta de presencia institucional, sino que muchas veces tienen que ver situaciones bélicas en que –como en Gaza-, la destrucción acendra el problema de hambre, miseria, muerte.
Ese no es el problema de América Latina, sino otros derivados hasta del crimen organizado que, la ultraderecha aprovecha para colocar partituras xenofóbicas que pudieran aplicarse el próximo gobierno de Estados Unidos, si es que Donald Trump logra que su congreso, declare como amenaza nacional a os migrantes ilegales.
De ese tamaño, cuando sabe que no es por ahí, pero da para lo que a la edad del magnate –lo vivimos en México-, les encanta el protagonismo.
¿Son una amenaza los latinos?
Desde luego que no; contrariamente colaboran mucho con esa nación y aportan bastante al fisco, pero la idea es vender que son como los sicarios del crimen organizado mexicano, que ¿opera? En territorio de EU, cuando es claro que, allá tienen sus propias mafias.
Contrariamente no se escuchó acompañamiento a la propuesta de Sheinbaum: deja más la guerra, la depredación, aun ambas cosas se paguen muy caras en lo futuro.
Por el momento que el programa Sembrando vida se mantenga en la región Sureste, en dónde ha beneficiado ecosistemas y a la gente, y desde luego aparecen los que hacen pedazos los alcances y logros de ese programa, como igual lo hicieron y hacen aun con el tren Maya, el Transoceánico, y todo lo que provenga de la 4T, ya ni se diga abusos de autoridad y en el exceso, algún evento de corrupción que se haga público.
Porque eso sí: todos dicen que hay más corrupción que antes, pero no presentan denuncia de nada, por lo que todos son mera boca, y meras frases, que se pierden en el marasmo de las redes sociales, como pasó todo el tiempo del sexenio pasado, en el que aseguraron hasta las lágrimas, que la 4T acababa.
Ya tronó al PRD, y va por el PRI en 2027, el otrora partido hegemónico que en 2029 cumplirá un siglo de fundado como PNR, por Plutarco Elías Calles, e igual se cumple el presagio de que no hay mal que dure cien años.
Por el momento no se sabe que salga de esa reunión del G20, que es principalmente económica, aunque no se ponga eso ya en primer plano, luego de lo que ha sucedido en la reunión sobre el cambio climático, pues el presidente de Azerbaiyán, anfitrión de la COP29, cuestionó a los países occidentales que cuestionan la industria petrolera y gasífera de su país, que es objeto de una “campaña de difamación y chantaje bien coordinada, a lo que el Secretario General de la ONU consideró absurda cualquier estrategia que implique duplicar el uso de combustibles fósiles ante el calentamiento global, y así se las llevan en esos encuentros internacionales que, la verdad, tiene cinco décadas que no sirven para nada, pues es el mismo tiempo en que en Alemania, se empezó a hablar por primera vez del cambio climático, y lo peor, el envenenamiento con el plomo que se le echaba a las gasolinas, el cual se eliminó en dos décadas, aunque no el uso de hidrocarburos.
Y así la seguimos, en los absurdos, disparando balas mientras juramos sobre la Biblia, o hablando contra la pobreza desde las oficinas climatizadas, o igual desde esos encuentros como el de Brasil o Azerbaiyán, en que se juntan los líderes del mundo para tomarse la foto.