René Delios
Se ha insistido tanto en que no se puede estar reinventando a México cada sexenio e igual para cada país; alguien me dijo alguna vez que la política mundial está en desgaste porque sirve más a intereses materiales que a la humanidad misma, por lo que tiene mal de origen en casi todos de sus proyectos de desarrollo, pues no en pocas partes del mundo, por el lucro, cae en la depredación ambiental y en la explotación laboral ¿Entonces cuál es el sentido del beneficio?
No son pocas las naciones que han propuesto humanizar las políticas y eso incluye a la económica, para llevar ese trabajo de gobierno al desarrollo humano y por ende social, pues de aplicarse de manera correlacionada entre naciones vecinas, mejoraría la cuestión regional, digamos, la migratoria, en el caso de generar desarrollo en América Central.
La ausencia de eso provoca la migración hacia Estados Unidos, pues es el país más rico del hemisferio, que para nada –nunca- ha humanizado su política social, y menos creado un sentido de justica: no es secreto que en el siglo XX financió o apoyó dictaduras por todo el mundo –como lo hacen China o Rusia en Asia-, y no va a cambiar, menos con Donald Trump en el poder, quien esta usando políticamente la cuestión migrante y del narcotráfico, cuando esa no es la política central del vecino distante.
Tenemos entonces que la resistencia de los gobiernos de Estados Unidos a apoyar políticas de desarrollo y menos de asistencia social en otras naciones ha sido evidente; no así a estar en “solidaridad” con situaciones bélicas por la libertad total de Ucrania de la “amenaza” rusa, confrontación a la que ha destinado desde 2022, 60 mil 400 millones de dólares autorizados por su congreso, sin que se expongan cálculos de los montos del dinero negro, y que deja en claro que EU no quiere aplicar la política social que correspondería a la primera potencia mundial.
Así que ni al caso esperar que apoye el desarrollo de América Central, pero se queja de la migración desde esa zona, y en ese sentido –pues México es el principal emisor de indocumentados- obliga a nuestro país a endurecer su política migratoria, como sin duda la harán ellos durante los cuatro años del próximo gobierno, que vuelve a dejar en claro y con precisión porque, son –sean demócratas o republicanos- unos vecinos distantes.
Contrario censu, el humanismo mexicano es la columna vertebral de la ideología de la Cuarta Transformación y el sustento de sus gobiernos, sea el federal o el de los estados. No se origina en la presente administración de Claudia Sheinbaum, sino con Andrés Manuel López Obrador, y en forma plantea que no puede haber desarrollo económico sin desarrollo social, esto es distribuir los beneficios de manera justa y justificada, para consolidar el desarrollo humano.
¿Es tan complejo humanizar a la política?
Sí.
Las políticas de dominio y sometimiento han existido desde los primeros tiempos, y actualmente aún son demasiadas las naciones que actúan bajo gobiernos autoritarios, que muchos creen solo son los comunistas y no, igual los llamados “democráticos que, imponen criterios hasta jurídicos en naciones en dónde tienen intereses, como sucedía en México con las reformas de Peña Nieto, que abría a la explotación la riqueza mexicana a bajo sueldos, a bajo impuesto, a nulo dominio.
Las propuestas modernas del humanismo mexicano se centran en líneas de actuación económica, política y social de manera integral en la nación y no se queda ahí, sino que propone la regional, pues si crece México –en su región Sureste, por ejemplo- y a la vez Centro América, la zona se vuelve próspera, y desde luego la incidencia migratoria descendería de manera importante.
Se trata de un principio de bienestar compartido, elemental entre buenos vecinos, eso es todo.
Pero EU no ha sido nunca un buen vecino, y no lo va a ser en cuatro años, ni lo duden.
¿Qué hacer?
Porque se van a endurecer no solo las políticas migratorias, sino también las laborales, pues los migrantes buscan ocupación en la nación vecina y las corporaciones tanto estatales como federales de esa nación al norte, van a hacer lo que les corresponde en torno a dar trabajo a personas sin documentación no solo migratoria, sino también laboral.
¿Y sí se hace desde acá el intento de desarrollo regional?
Integrando al Sureste a un proyecto regional de desarrollo porque no pueden seguir pasando las décadas de lo mismo, en que la pobreza, la inseguridad, falta de ocupación generen u obliguen al desarraigo de las personas de sus países.
¿Qué impide procurarlo?
Chiapas en ese sentido tiene mucho que aportar, su ubicación es inmejorable hacia la sonda del pacífico, hacia Centroamérica; y desde esos puntos geográficos se vuelve paso de productos del istmo centroamericano al país.
Soluciones hay muchas, incluyendo la que presentará la presidenta de México en la reunión del G20 en Brasil, de destinar a combatir la pobreza el uno por ciento del presupuesto bélico.
Difícil de que eso prospere, pero forma parte de la insistencia de humanizar la política.