René Delios
Chiapas es un ramal de conflictos recurrentes que hay que destratar con la ley, pues nada se puede imponer a ésta, ni los llamados usos y costumbres a nombre de los cuales, se cometen muchos abusos, desde que la antropología social llamó a respetarlos en la idea de qué en las etnias, iban a actuar en buena lid.
No, también hay caciquismo, criminales, corrupción.
La figura de la tolerancia no se puede aplicar con quienes no son tolerantes, y menos con quienes abusan y explotan a los pobres del estado, en algo que conciliando o mediando, se puede solucionar, no solo administrar, pues al rato vuelve a resurgir el problema.
Los que conocen de estadísticas saben que nuestra gente en un cincuenta por ciento está en situación de pobreza, como indicador de que el trabajo que se tiene que mantener es arduo, constante, y así seguir reduciendo los índices de pobreza en Chiapas -por lo que los cargos y encargos no son nada cómodos en el gabinete-, pues ese es el objetivo social de la llamada Cuarta Transformación que como sus antecesoras –la Independencia, la Reforma y la Revolución- trata de sacudir yugos que hoy todavía lesionan la calidad de la vida en México, como otrora en cada transformación se luchó por la libertad como nación, la libre manifestación de las ideas -incluyendo la religiosa-, y los derechos laborales desde las haciendas, la fabrica de Río Blanco y mina de Cananea.
Chiapas no se puede reinventar cada sexenio, y ante los indicadores de la pobreza hay que mantener los criterios que permitieron que el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social indicara que durante el período 2018-2022, Chiapas logró una reducción del 10.6% en su población en situación de pobreza, superando a otros estados en esta importante métrica, siendo el estado con la mayor reducción.
Esto no solo revierte la común referencia de que se incrementa la pobreza en la entidad ante el mal gobierno de; esta vez fue al revés en la administración de López Obrador -Escandón Cadenas incluido-, y es de suponer que ante su buen resultado, esa política de bienestar se va a mantener pues, en nuestro estado no pasó lo común con esos recursos asistenciales y apoyos institucionales, cuando se los robaban.
Porque no es posible que, el rezago en todo se haya acumulado en una entidad con frontera internacional, hidrocarburos, presas hidroeléctricas, buena tierra, excelentes brazos para el campo: “en Francia, Chiapas sería un emporio en desarrollo”, me dijo un visitante de ese país allá por 1980, y si vuelve se impresionaría que todo sigue casi igual en cuanto a la distribución de los beneficios.
Desde luego que la versión de que se redujo la pobreza fue atacada, pues se trataba y trata de minimizar los logros de la 4T, y pues para el Banco Mundial -que sorpresivamente emitió un comunicado-, radicó en la mejora en el ingreso de los trabajadores y el aumento en el universo de personas que tienen empleo, y que eso impulsó a 9.5 millones de mexicanos –entre ellos 600 mil chiapanecos- a salir de la pobreza entre 2018 y 2024, una cifra que no tiene precedente para un periodo de seis años.
Así que esa reducción de la pobreza en el país, para los señores de la paga mundial, no solo se debe a las políticas sociales del gobierno de la 4T, sino a políticas obligadas en la economía: mejoras en el mercado laboral, previa llegada de capitales inversión directa, relocalización, y al final incluye la aportación de los programas sociales, cuando estos últimos son los que llegan, directos a una población que antes no era objeto de un beneficio así, por lo que fue notorio en solo seis años lo bueno que fue excluir a organizaciones, agrupaciones, líderes, obvio a los funcionarios como intermediarios, especialmente en las entidades como Chiapas, tan lejos del centro.
Pero regresando: el BM, como hacen también las instancias gubernamentales y las entidades de evaluación -como el Coneval-, emplea varios parámetros para medir la pobreza, y señala que al inicio de la pasada administración, 35.7 millones de personas, que representaban a 28.8 por ciento de la población -calculada para ese año en 124 millones- se encontraba en situación de pobreza; para 2024 –ya con nuevo gobierno-, proyecta que se encuentran en pobreza 26.1 millones de personas, que representan 20.2 por ciento de la población, ahora calculada en 129.4 millones de personas, o sea que dejarán de ser pobres al final del año, 9 millones 574 mil personas.
¿Pero cómo? ¿Cuáles fueron realmente las vías?
Porque una cosa es darles dinero y otra el cómo ya los beneficiarios, lo invierten; ese recurso desde luego se lo gastan y aterriza en el comercio municipal, regional, estatal.
Ni idea de a cuanto sea el número de inscritos en esos programas del llamado Bienestar en Chiapas, incluso ya iniciaron las inscripciones a la beca para educación básica, en este caso secundarias, que ha levantado mucha expectativa entre la población que sabe, que ahora sí, ese varo llega integro a las manos de sus hijos.
Ante ese ejemplo que dió el gobierno pasado de AMLO de combate a la pobreza, incluyendo el de Rutilio Escandón en lo estatal, salvo conceptos de actualización o mejoras, es de suponer que va a seguir por ahí esa política de apoyo social, que desde luego adoptarán los gobiernos afines a la 4T, incluyendo a Chiapas, entidad cuya votación mayoritaria fue contundente a favor de la Cuarta Transformación, al candidato de Morena, Eduardo Ramírez Aguilar, y obvio a la propuesta político social que representa, y que ha sido a la fecha –como Claudia Sheinbaum en el ámbito federal-, el gobernador electo más votado en la historia electoral del estado.