La noticia dada a conocer sobre a estadísticas que indican que cada día 140 mujeres y niñas en el mundo mueren a manos de su pareja o de un familiar cercano, levantó ámpula entre los colectivos de activistas, pues ayer se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que de facto incluye a las niñas, en una declaración que comprende el dato de que cada 10 minutos en el mundo, una mujer o una menor es asesinada, según denunciaron ayer lunes agencias de Naciones Unidas.
¿Y luego? ¿Qué es lo que hacen para contrarrestar tanta violencia?
Gobiernos y entidades del sector privado realizan encuentros, declaraciones, lucimiento estéril, cuando todo indica que deben adoptar medidas y colaborar con organizaciones civiles para desarrollar estrategias eficaces, que salgan de la propuesta de ellas, no del escritorio del gobierno en sus tres niveles de gobierno, casi siempre dominado por hombres, que por lo general minimizan el tema y se ve, para empezar, en la pobre atención jurídica para poner fin a la impunidad y la pobre asignación de recursos, para prevenir la violencia, que es lo fundamental, y eso es planteamiento de ONU Mujeres y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
¿Harán caso en los gobiernos machistas?
Seguramente no.
Parejas íntimas u otros miembros de la familia, fueron responsables del 60 por ciento de los casos en 2023, es decir, de 51 mil asesinatos intencionales de los 85 mil registrados ese año, lo perpetraron familiares.
Cuidado, la incidencia es muy alta, y no nada más en México: atentos a lo que digan las menores, sea abuelo, tío, hermano.
Las violaciones y el feminicidio, lamentablemente son un fenómeno delictivo global, que trasciende fronteras, estatus socioeconómicos y grupos de edad.