Editorial

13/noviembre/2024

 

 

Por intereses del momento –cosa que también se practica en las entidades- cada gobierno en funciones le mete mano a la constitución de que se trate, y reforma esto y aquello, según para “modernizar el marco jurídico” del país o la entidad.

La cuestión aquí es que una cosa es una Reforma Constitucional y otra la legislatura secundaria que se desprende de cada artículo reformado; cuando se da una reforma todas las leyes que derivan de los artículos reformados deben actualizarse o adecuarse a la nueva norma constitucional, y su efecto repercute en las constituciones de cada entidad, para adecuarlas a la nueva legislatura.

Ha pasado cada sexenio, y éste no será la excepción, y desde luego genera políticas encontradas por intereses de poder, más que por los intereses de la nación o la entidad respectiva, pues es obvio que -por ejemplo-, en materia judicial que mejor transparentar la aplicación de la ley, porque en verdad que es escandaloso y hasta sorpresivo el índice de corrupción a la que se llegó en ese poder de la federación, que incluye nepotismo, burocracia dorada, tráfico de influencias.

Y así, reformas que han influido en la de producción y productividad, por ejemplo de energía eléctrica, o si se llega a la autosuficiencia en cualquier sector productivo o de transformación, qué mejor.

Pero igual como ahora en que la oposición se le cierra a las iniciativas de Morena, igual pasó con Fox y Calderón -sobre todo el PRI resentido- en su momento, incluso éste último se quejó en febrero de 2008 -en Campeche-, que el PRI impedía la construcción de cuatro refinerías que formaban parte de su plan energético por esos años, y que finalmente no se hicieron, y solo quedó de emblema una barda de escándalo tasada a diez veces su valor real, como testimonio de la corrupción calderonista.

Eso sigue igual: la corrupción anega a México en todo su modus operandi.

Transparentar el ejercicio público es imperante, y que las políticas públicas derivadas de las leyes reformadas, se hagan prácticas, porque en una retrospectiva simple se observa que tantas reformas a lo largo del siglo no le han servido de mucho a México.