Tubo de ensayo

21/octubre/2024

René Delios

El sector empresarial la tiene que resolver por su lado, sin el proteccionismo del gobierno, como se los dejó en claro AMLO por hacerlo solo con los pobres; igual a los “más necesitados” hay que apoyarlos con objetividad, sin el costoso paternalismo que ya amerita objetivos de desarrollo –como si se tratara de un inversión y un “fondo perdido” como lo es ahora-, porque a cómo está, no ha funcionado en medio siglo, aun el triunfalismo ralo de que bajó la pobreza en un índice apenas apreciado como para verle solución a mediano plazo, esa es la verdad: los sectores se tienen que sentar a buscar un sentido integrador que beneficie a las partes -obvio al gobierno mismo-, con el objetivo de un México más justo.

 

Pero aun parezca que conciliaron empresarios y la 4T, siguen en esta discusión bizantina, por método inverso: mientras el gobierno busca con programas sociales reducir la pobreza desde abajo, los empresarios creen que la solución no es subsidiar la pobreza, sino invertir en el desarrollo –o sea en ellos- para que de manera piramidal, distribuir los beneficios, solo que por tres décadas así fue y no lo hicieron en treinta años de neoliberalismo.

 

Ese pleito en que las partes se reclaman por un lado el cómo dejaron a la nación, y la otra a dónde la llevan sin rumbo.

 

Porque en buena lid, no está en la oposición la propuesta, pero tampoco en la 4T; unos y otros se descalifican y a la vez, se neutralizan: no toma el uno lo mejor del otro para contribuir y reconstruir este país, y así no es esto, pues no podemos hablar de dos México; es decir, impulsar la expectativa de mercado -que no les dio resultado en medio siglo: ahí están los números- que implantaron los neoliberales hasta llegar a las reformas del “Pacto por México”, y un como nacionalismo económico que busca la 4T, deben compaginarse, porque el neoliberalismo, monetarismo, capitalismo es lo que impera allá afuera, desde Guatemala hasta Punta de Fuego; desde EU, hasta Canadá, y así en la zonda del Pacífico y Europa, Africa, Oceanía, todo el mundo, y lo único que se debe de evitar es la explotación, el abuso, lo leonino del capitalismo depredador, pues no es privativo de EU, sino que igual son Rusia o China de abusivos.

 

Ciertamente, en México, la corrupción distorsionó la política de desarrollo integral y contaminó todos los programas sustentables, pero no quiero decir que éstos no sean la vía; la sustentabilidad es natural, es decir lo vemos en el propio medio ambientes, la propia selección natural, la misma cadena alimenticia, es sustentable, es decir, que el trabajo rinde y bastaría para que hubiera pobreza en el mundo, y si hay diferencias es porque se genera, se provoca, no hay de otra.

 

Y en esto hasta el planeta mismo se adapta a modo a la barbaridad que estamos haciendo en su contra.

 

Pero estamos en la nimia, en juntar dinero, en acumular poder, en hacer daños a terceros, despojar, y así, guardando las proporciones, regresamos a México, nación en la que “conservadores” y esa mal llamada 4T se dan con todo, a diario, por una nación que es completa, compleja y diversa, que da para mantener cuatro veces su población pero que, a lo largo del siglo pasado y en lo que va de éste, se ha aplicado mal el gobierno, no ha habido justa distribución de la riqueza, y se ha desaprovechado la riqueza renovable de éste país.

 

Y así, nuevamente llegamos a una elección en la que millones votaron por Claudia, según gracias a su mentor, que es la figura, el promotor en la suma de resultados electorales a analizar, pues esta claro que la oposición solo perdió la elección, sino también se redujo su presencia –perdió Yucatán, y con ello ya 24 entidades-, pero aparte creció el abstencionismo -¿Dónde? ¿En qué entidades? Esa información falta-, y a qué se debió: pendientes tremendos como la pobreza, la inseguridad -homicidios dolosos, feminicidios- que ahí están, como las secuelas de los conflictos sociales, los agrarios, los políticos y de discriminación disfrazados de usos y costumbres, y demás hipocresías que no se abordan con verdad, y que supuestamente eran bandera de la oposición cuando, son consecuencia de sus malos gobiernos.

 

Son temas que deslizan o usan a modo, tanto por el gobierno como por la oposición, que muy seguramente se desdoblará por el asesinato de clérigo Marcelo Pérez Pérez, ayer en San Cristóbal, culpando de la violencia a Morena y sus ineficaces autoridades.

 

Aun con el resultado electoral, no será este sexenio parte aguas en la historia del país. En lo social falta mucho trabajo –entre la pobreza y la violencia- como para poder decir que se está haciendo justicia, equilibrando el rango de oportunidades, nivelando la calidad de vida.

 

Incrementando la seguridad.

 

Y me refiero al modo rural, porque al urbano la cosa se incrementa a falta de servicios básicos, empezando por la electricidad, agua, drenaje, escuela, clínica, maternidad, que por lo general, la gente en población dispersa no tiene.

 

No, no será en un sexenio en que se pueda resolver todo eso.