René Delios
Tiene tiempo que las mañaneras se hicieron como esos programas populares que ves un rato y luego cambias de canal; la verdad, aún se cuestionen, ya son cotidianas –y no han sido retomadas por ningún gobernador morenista-, y vuelven al escenario con la presidenta Claudia Sheinbaum, y ya se ve como esos malos programas de amenidades de la TV, y desde luego que mantiene un aparente formato abierto en el que se puede hacer preguntas libres indistintos temas, vía algún reportero acreditado.
De vez en vez, hay polémica, desde luego: eso forma parte del folklore, aunque dudo que la doctora tenga la capacidad de polemizar de su antecesor, un político que casi solo, le abrió el camino a miles ya afiliados a un partido de su creación y que hoy es gobierno en dos terceras partes del país, mayoría en las cámaras federales, 27 estatales, más de la mitad de los municipios de México –ni se diga las regidurías-, y la presidencia de la República.
Esas mañaneras son un espacio para que los medios tengan acceso a la fuente presidencial –aunque con un boletín sería suficiente-, y es un contacto directo que ahora la presidenta de la República podrá utilizar para contrarrestar todo ataque, modo, medida, estrategia que nunca se esperaron, pues al ser expresión directa de la mandataria, es de la atención de los reporteros extranjeros.
Yo insisto en que la versión oficial siempre será la versión oficial y más si viene de la propia presidenta que tiene, eso sí, la oportunidad de debatir o desmentir o precisar, en el momento mismo, el tema de que se trate, tal cual ha pasado en estos años en que sí hubo –y hay, tiro por viaje, como le pasó al anterior mandatario, y huelga decir que de todos los ataques no le han ganado una al tabasqueño, y el promedio se vio en las pasadas federales en que por nada, casi borra a su oposición.
Nada les resultó a los compas de la ultraderecha, de la corrupción política, del tráfico de influencias –PAN, PRI y PRD, respectivamente-, hasta se consiguieron sus intelectuales orgánicos para demeritarlo y apareció “El rey del cash” ¿Se acuerdan?, que fue una edición en contra de AMLO, obvio por encargo; no hay denuncia formal, pura subjetiva, especulativa: de tener pruebas, pues se haría ante la autoridad competente para que -al menos- quede precedente que mostrará la corrupción en la 4T, que debe haber pues insisto: la corrupción no se elimina por decreto, y menos en México, país en la que no se respeta la ley ni por parte de los que la administran en los dos niveles del fuero estatal o federal.
¿Qué estoy exagerando?
Baste decir que se liberó amparo federal para Electra de Ricardo Salinas Pliego, aún estuvieran ¡En paro laboral en el poder judicial! pues tienen un mes en protesta por la reforma de marras, y luego dicen que no están al servicio de cuellos blancos, narcos e intereses contra producentes al bien nacional.
Ya ha habido los que dicen que, los que defienden a la 4T son “chayoteros”, cuando esos gobiernos de Morena –a según impolutos- dan puras miserias, cuando no te piden que “reconozcas” los avances en aras de un culto a la personalidad presidencial o de un gobernador, que ni negar se sigue dando, y que es una de las betas del presidencialismo de los pasados regímenes, incluyendo el institucionalismo a ultranza que, aun también lo nieguen en Morena, sigue vigente.
Se nota y expresa en las cámaras federales; los legisladores de Morena, PT y Verde, hasta la ignominia.
La otra: tenemos claro que en la oposición hay también muy mala calidad política: cae en el insulto en vez del argumento, pues si bien es cierto que en seis años no se han movido mucho los números en el desarrollo humano a favor de los pobres, sí se redujo esa tasa en 9.5 por ciento –reconocido a modo por el Banco Mundial, que indica que se debe al incremento de sueldos y el comercio, y para nada menciona los programas “populistas” del Bienestar que son los que van directos a los pobres, neta- que no es poco decir, en una nación en dónde en medio siglo esos números no se habían movido más que para arriba; hay estabilidad económica aun no lo reconozca esa derecha hueca, y la nación no se ha ido a la hiperinflación y contrariamente México vuelve a ser opción de inversión, y es por hoy el mayor socio comercial de EU, crece la IED aparte de lo que significa el saneamiento administrativo que, termina con la opacidad en pro de la transparencia, y esos son avances que se aplauden en el intento de dejar la imagen de país de corruptos que tenemos bien ganada en el mundo todo.
Ciertamente ningún presidente ha estado tan expuesto a los periodistas y a la oposición más recalcitrante que se ha visto en México; ni el PRD fue así en sus tiempos duros, cuyas críticas de entonces al “sistema” o “PRI-gobierno”, eran verdaderamente blandos ante lo que recibió no solo AMLO, sino ahora Claudia, en un sexenio que va a estar cargado de misoginia, como reflejo de la impotencia de una oposición que no convence, y ya lo veremos o comprobaremos en 2027, año de elecciones federales intermedias en las que el PRI también perderá el registro, ratificando el dicho popular que dicta que “no hay mal que dure cien años”, en el entendido de que el tricolor celebraría un siglo de fundación en 2029.