René Delios
La más de las veces tenemos electos –para todos los cargos- que no logran ni la tercera parte del listado nominal que, en julio de 2024 era de 99 millones, 084 mil, 188 personas, de las cuales habrían participado un 61.5%, es decir, entre 60,936,775 personas según las estimaciones para la elección de la Presidencia de la República; de las 99 millones 084 mil 188 personas de la lista nominal, no votó el 38.5 por ciento, equivalente a 39 millones 633 mil 675 personas, es decir que el abstencionismo no solo le ganó a Xóchitl Gálvez, que logró 16 millones 479 mil votos, sino también a los tres partidos que la abanderaron, e incluso el PRD hasta perdió el registro.
La otra: del 60 por ciento del listado nominal que votó, la mitad voto por el ganador y el otro porcentaje se divide entre la coalición -PRI, PRD y PAN-, y el MC que fue solo, y el otro 40 se abstuvo-, es decir, sumados los que no votaron a favor de Claudia, más la abstención, realmente el 60 por ciento de dicho listado no votó por la ganadora, que obtuvo 35 millones 874 mil votos de 99 millones 084 mil 188 del listado nominal.
Pero es lo legal: se gana con lo mayor en proporcional, y Morena logró en esta elección un poco más de la tercera parte del listado de marras.
Así que eso es lo legal pero ¿Legitima a la ganadora?
Y así en gubernaturas, municipios, distritos, hay ganadores pero ¿Están legitimados?
Porque esa es la pregunta: ¿El ganador se siente representante popular por el papel oficial que lo indica, aún sea claro que un 60 por ciento del municipio o distrito, estado o el país, no lo votó como tal?
Sobre el tema ya se ha escrito mucho, como también del abstencionismo, que ya es un innegable resultado electoral que los partidos –no solo el ganador- deberían tomar como un mensaje social claro, y nada más no. Dado el triunfo, a celebrar, sin estudiar porqué ese electorado que no votó, porque tiene un origen ¿Cuál? ¿No se cree en la política, en los partidos, en los candidatos?
Pero otra cosa es el bloff.
En las redes sociales México parece tan desunido, “polarizado” dicen los analistas ignaros, y aún los mensajes tan claros como un resultado electoral, lo deslizan o minimizan en protección a sus intereses, por sobre los del pueblo que es el sentido de toda nación, pero generan una burbuja especulativa desde el esquema reaccionario –dueña de os medios de comunicación-, haciendo creer que México está dividido por culpa de Morena o la 4T.
No, no hay dos México; no hay el de Claudia –ahora la jefa de la 4T- por un lado, o el de Claudio X. González –jefe de los conservadores-, por otro.
México es uno, único, y cuando la condición se lo demanda, se integra, responde por sí mismo hacía sí mismo, muy por encima de la capacidad del Estado y sus estructuras: lo hemos visto, lamentablemente, en las desgracias que generan los sismos: México es uno -sin siglas, sin cultos-, por –y con- sus connacionales en desgracia.
Y más que la verdad, los políticos han tenido especial cuidado en no revolver esa solidaridad –de fama mundial- con la baja calidad política mexicana, que es corrupta y sucia.
Y ahí está en mensaje: por eso el lenguaje descalificativo hacia otros mexicanos no cuaja, y en su caso, diga lo que se diga, en desgracia, un mexicano fifi va a ayudar a un mexicano chairo y viceversa, y es ahí en dónde se aprecia la división entre la política y la nacionalidad.
De ahí en que me cuelgo en que México es una cosa, y la política otra: está polarizada la política, no México.
Por eso ni al caso con la guerra sucia, el discurso de odio; no les sirvieron de nada en seis años ¿Se van a aventar otro sexenio de inquinas?
Los gobiernos en lo que va del siglo no han sido lumbreras –incluyendo el de AMLO- y en los más no hay mucho que destacar, salvo que apenas se empieza a reducir la pobreza, y hacer valer eso de que, gobierno que no trabaja por la igualdad, equidad y equilibrio en su pueblo, no tiene rumbo, y el que está presente inicia con los números que le dejó el anterior en la mano, por lo que ya se pueden hacer comparaciones con los otros dos gobiernos panistas y el último priista, con el primer sexenio de Morena.
Sería muy bueno disponer de esa información.