Arít León Rodríguez
Por cuatro votos contra tres, de los consejeros Bernardo Bátiz, Celia Maya, Eva Verónica De Gyvés Zárate y Sergio Javier Molina Martínez, se acordó enviar las listas de plazas de jueces y magistrados disponibles para la elección por voto popular para 2025.
Obviamente y como se han pronunciado desde el inicio en contra de esta decisión, por considerar que se violan las suspensiones otorgadas para que este trámite no lo realizara la judicatura, votaron la ministra Norma Lucia Piña Hernández, José Alfonso Montalvo Martínez y Lilia Mónica López Benítez.
En una sesión que se prolongó hasta después de las 20 horas , y que resultó trascendente para el desarrollo de la reforma al Poder Judicial, se aprobó el trámite de la entrega de las listas de los cargos pendientes de asignación, así como de aquellos casos en los que se considera que está la consideración de jubilación anticipada, a fin de que estos cargos se lleven a la elección por voto popular como lo establece el decreto emitido el pasado 15 de septiembre
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Tener a un amigo hospitalizado es terrible.
Saber, por experiencia propia, el proceso angustiante y doloroso que la familia enfrenta, la preocupación por tanto la situación física de nuestro paciente, como la económica para sobrellevar lo que implica alguien enfermo de gravedad en estas fechas.
Lo he pensado a raíz de que experimenté la enfermedad y muerte de mi madre.
Medicamentos difíciles, extremadamente difíciles de conseguir, más allá del costo, que convierten el proceso de sanación en un doble reto.
En el caso de mi amigo, el cual esta internado a razón de un derrame cerebral por alta presión, el medicamento que se solicitó es inexistente en la ciudad, y en muchas cercanas.
Lo hallamos hasta Monterrey, con un costo considerable y el envío de 800 pesos.
Mientras estábamos en la búsqueda, un médico, amigo en común dijo: ¿Por qué no les recetaron X cosa? es el equivalente, funciona igual, y además se le puede administrar de manera inmediata, el medicamento que buscan es casi obsoleto.
Tuve un flash inmediato al 2018, donde me paso exactamente lo mismo, con otro medicamento cuya búsqueda propició que inclusive grupos de gestores médicos del otrora Seguro Popular, unieran fuerzas para conseguir unidades de bencilpenicilina procainica sódica de 2 millones de unidades. Los farmacéuticos se ponían blancos, los médicos solo cerraban los ojos y me veían con infinita lastima. No había por ningún lado.
Dos unidades en San Cristóbal, tres en Villahermosa, y encargos a dos días, tres días o tal vez una semana. Cada ámpula, costaba 28 pesos, ¿sabe? Mi paciente requería una cada 4 horas.
Me hicieron la misma pregunta: ¿No había otro tratamiento más cercano y de mayor accesibilidad? Porque en el caso actual, el que hoy nos urge, llega en 2 a 5 días, pero vaya, con las enfermedades no hay burocracia, entonces ¿por qué solicitar medicamentos que saben que no están en existencia en la ciudad y casi en ninguna parte?
¿Acaso, no existen capacitaciones para los médicos del sector salud?
El asunto es bastante serio y complicado. Por lo mismo de estar conectados con muchas personas, nosotros disponemos de redes de apoyo, búsqueda, formas de resolver y sobrellevarlo, pero, ¿Quiénes no lo tienen? ¿Cómo resolver el problema, si no dispones de los medios?
Cuantas personas diariamente se enfrentan esta situación sin saber cómo comunicarse con distribuidores, que existen farmacias de especialidades, como buscar en otros estados la medicación, y honestamente no hay sistemas de información al respecto en ninguno de los hospitales y servicios médicos en la ciudad.
Nos dejan a la deriva, en medio de miles de cuestionamientos y complicaciones. Somos un número más, el presente, el siguiente, el que fue.