Editorial

18/octubre/2024

 

Luego de pasar la reforma judicial, la energética, nadie duda que pronto venga la electoral que también le suspendiera la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a Morena en la pasada administración.

 

Esa reforma si viene como la primera va a contemplar las encuestas.

 

Para muchos no cuadra la idea de hacer encuestas populares pues, se supone que para eso elegimos gobernantes y representantes populares, para que se encarguen de la administración, el diseño de programas, la radicación de estos en una mejor cobertura y alcance social, y como establecer las normas, vía legislación constitucional y legislatura secundaria, para aplicarlas.

 

El punto es que las consultas – de integrarse- serían un modo común pues por ahí viene la iniciativa para reformar el INE a INEC, esto es, Instituto Nacional Electoral y de Consultas.

 

Entiendo que, eso de consultas es para cosas populares, algo así como consulta para ver si se enjuiciaba a ex presidentes, para no tocarlos nunca –como hizo AMLO-, y que es algo así –no igual pero parecido- como eso de elegir a los ministros, magistrados o jueces, como sí eso garantizara su honorabilidad, pues es esa falta la que le ha hecho mucho daño a la administración de justicia, aun se sientan tan probos como los de la 4T, a los que les volvemos a recordar que, la corrupción no se elimina por decreto, y que es parte de la cultura en la nación mexicana desde hace un siglo –desde que desvirtuaron la Revolución o ¿tercera transformación?-, y negarlo, es pecar de origen, sobre todo los que se presentan impolutos aun la percepción pública sea de que son consecuencia del tráfico de influencias.

 

Y en las cámaras federales hay bastantes, y ni se diga en la estatales, ambas, en su mayoría, subordinadas al mandatario de que se trate.

 

Así que todo va a ser crónica anunciada, o sea tiro por viaje, por lo que todo lo que llegue de palacio a los legislativos de Morena, sea reforma o encuesta, va a subir la cuesta.