Editorial

12/octubre/2024

De lo que se trata es que se tranquilicen las desavenencias políticas tanto en Oxchuc como en Pantelhó, porque realmente va ser difícil realizar elecciones extraordinarias en ambos municipios, pues ya pasó el tiempo legal, pues el ciclo electoral concluyó.

 

¿Pero que es realmente el problema?

 

Los que no controlan los consejos municipales, se mantienen en desacuerdo por eso, y pareciera que de lo que se trata es controlar los presupuestos, cuando eso está etiquetado y ya no se puede hacer gasto discrecional tal cual había sido el modo en esos ayuntamientos indígenas, que por trienios han hecho uso a modo de recursos y programas supuestamente a la manera de sus usos y costumbres cuando, deben rendir cuentas y actuar de manera transparente.

 

¿Sucede?

 

Difícilmente, incluso en los municipios no indígenas, en los que por lo general los Cabildos están alineados al alcalde y no a la comunidad a la que se deben, y en esto no se descubre el hilo negro.

 

Pero si se aplicara la ley a secas, seguramente surgirían los que argumentarían que se esta actuando con prepotencia en contra de comunidades autóctonas, cuando es claro que saben de los abusos que comenten, son incluso intolerantes con sus vecinos mismos, y desde luego con personas que nada tienen que ver con su inconformidad, cosa que es lo usual en los bloqueos carreteros en Oxchuc, en dónde extorsionan a los automovilistas para dar el paso, y mal le va al que no coopere.

 

¿Se debe respetar los derechos humanos de los que no respetan los derechos humanos?

 

Porque incluso existe una sanción estatal en contra de los que bloquean las vías de comunicación, que no se aplica cual debe ser.