Editorial

10/octubre/2024

La democracia debe ser transparente, no una simulación; lo que pretenden en Pantelhó es eso.

 

Es más, se trata realmente de una imposición al más puro estilo caciquil.

 

Cuando los procesos democráticos se contaminan, lo que resulte tiene mal de origen, y como el árbol retorcido que jamás su tronco endereza, cualquiera que sea el paisaje, de seguirse permitiendo se seguirá retorciendo: no puede salir nada bueno de lo que no es legítimo, y menos desde la imposición, pues no están ahí personas pertenecientes a las bases, lo que desplaza a éste tipo de militancia que, aunque son buenos cuadros, no cuentan con “equipo” y dinero ni para competir en los partidos, y ni para enfrentar éste tipo de acciones como las que protagoniza el llamado “Machete”, un grupo de autodefensa que no ha dudado mostrar que esta armado.

 

Las cosas han cambiado mucho: los empresarios ya están en Morena, tiene su tiempo, y son tan militantes como los del barrio, con los mismos derechos que les otorgan los estatutos que no observan esa diferencia, pero en la realidad sí aplica eso de “político pobre, pobre político”.

 

Tenemos entonces el cómo, hablar de consejos municipales cuando se dio un proceso para alcaldes, y desde luego hubo un tiempo para poder realizar un extraordinario, pero ambos casos los abortaron, pues ni pensar que saben de eso, pues el movimiento que busca el dominio del municipio indígena es planeado, medido, calculado.

 

Eso de que no saben ni lo que hacen, o aplica ya en el claro ejemplo que se dio desde 1994, en que el movimiento indígena del EZLN alcanzó resonancia mundial, y sus dirigentes supieron muy bien manipularlo.

 

Están marginados, pero no son tontos; así que en caso de que se otorgue ese consejo municipal, hay que dejar en claro que las cuentas son claras y directas para el ayuntamiento, no para financiar otras cosas.