Editorial

5/octubre/2024

 

En términos de representación popular la democracia de un país se aprecia en muchos factores de su vida política y social; una de ellas es su poder legislativo, no solo por su conformación plural, sino también por sus resolutivos, razonados de tal manera que beneficien al país más que a las siglas representadas, que es lo que sucede en nuestra nación, y más cuando es una iniciativa presidencial.

 

Tiene ya su tiempo que el poder judicial ha bloqueado iniciativas presidenciales aprobadas en el congreso federal, y el poder ejecutivo ha acatado los resolutivos y ahora de manera inédita, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, va a analizar una reforma constitucional, cuando según no tiene esa facultad, por lo que se ha generado mucha especulación, referencias, polémica.

 

En esta incipiente democracia, un tanto avalada por la independencia de su órgano electoral, que despeja las dudas existentes sobre los resultados de las elecciones presidenciales de México ante el mundo, resulta que los legisladores tienen freno en el poder judicial, que no quiere democratizarse.

 

Los que están ahora se opone a que sean electos.

 

En las cámaras de diputados y senadores, la cuestión es que en los partidos políticos los procedimientos internos para la selección de candidatos no es nada transparente, y por el contrario, el tráfico de influencias y la corrupción política, aún tuvieron mucho que ver en la toma de decisiones para determinar los y las que hoy están en dichas cámaras.

 

¿Son diputados de partido o de la gente? ¿Realmente a quien representan?

 

Desde luego que en las alianzas hubo preferentes en los estados, designados desde las cúpulas, obvio desde los gobiernos estatales y pocos en verdad son los que llegaron a pulso propio, por no decir ninguno.

 

Llegan a veces los que no deben estar ahí, y en México tenemos tantos ejemplos incluyendo los que por años, deambulan de una cámara a otra –como los petistas-, sin ningún beneficio para la entidad y ni se diga la nación.

 

En las cámaras de Senadores y Diputados es donde se encuentra la representación popular, pero ¿Resulta que la SCJN les puede parar una reforma constitucional? Difícilmente, pero en sus estertores los ministros de derecha por mantener sus privilegios, hacen su intento.