René Delios
En la crítica al actual régimen, deslizaron –a modo- desde la oposición, toda la enorme corrupción de tres gobiernos anteriores como si no hubieran existido, y acusaron –y lo siguen haciendo, pues son los dueños de los medios- que las cosas están peores, ignorando -también a modo-, que a inicio de cada sexenio en éste país, mínimo, se exhiben los abusos del que se fue y hasta ahí –pues no hay ni uno en la cárcel-, y en éste sexenio pasó igual y no solo se exhibieron los modos corruptos de tres malos gobiernos –dos del PAN y uno del PRI- anteriores, sino también las vías, los socios, los nexos, y la nación no se colapsó como advertían, y ni pasará como insisten -a días del cambio de gobierno-, desde el ala más reaccionaria de la ultra derecha, publicando en redes pura frustración.
No sustenta nada, pero dicen que se endeudó a México, que aumentó la pobreza, que el peso no se estabiliza, que la economía decayó, que se fueron las inversiones, en fin.
Ni con la pandemia México pidió préstamo como clamaron muchos ¿No se acuerdan?
Contrario a lo que acusan, disminuyó la pobreza en 9.5 millones de mexicanos, el peso no se devaluó, fluctúa y se sostiene en su valor real, no especulativo; crece la economía como también la IED, ganaron empresarios, banqueros, constructores.
Pero son leoninos, como siempre.
Fox no investigó el Fobaproa de Zedillo; Calderón para nada el Fraude de Enciclopedia en la SEP del gobierno de su antecesor, como Peña ni intentó abrir expediente contra Calderón por los nexos escandalosos de García Luna con el narco, y López Obrador no tocó al mexiquense por el tremendo escándalo intercontinental de Odebrecht.
Y así AMLO, a lo más, acusa a los neoliberales de hundir a México pero ¿Quiénes son esos compas? ¿Los priistas, los panistas, los empresarios?
¿Si tan culpables son de tantas desgracias, porque no están en la cárcel?
Ni modo que los mandatarios en su momento no se enteraran de las irregularidades de sus subalternos, como se detectó en éste y a tiempo, como el que ocurrió en Segalmex; esto es que el estado tiene instrumentos que no solo miden los usos de inversión, sino también calidad y cantidad de resultados, y eso lo saben los que trabajan en evaluación y seguimiento de proyectos, programas, obras, de las áreas de auditoria superior de la federación o la secretaría de la función pública.
López Obrador no los quiso meter a la cárcel pues mínimo hacerles un escenario de escándalo que hubiera alcanzado resonancia mundial, pues México, no solo destaca en cultura, gastronomía, alegría y narcos, sino por corrupto. Y es que de acuerdo con el Índice de la Percepción de la Corrupción –que es una calificadora más de EU-, realizado por Transparencia Internacional, México pasó a ocupar de la posición 130 que tenía en 2019, a la 124 para el 2020, de entre los 180 países evaluados, por lo que la referencia o más bien la ubicación, no le da la razón a AMLO de que en el país bajó la corrupción.
Esa situación o posición cotiza para muchas cosas, entre ellas para que te den préstamos.
Sexenio tras sexenio el que entra a Palacio Nacional borra todo lo que le pueda hacer sombra de lo hecho por el que se va, y si son muchos los montos de los desvíos, se negocian, se encarcela o sacrifica a alguien, y luego se diluyen las culpas, se reducen las penas y hasta salen exonerados como el ex gobernador Andrés Granier, de Tabasco, o Elba Esther Gordillo, lideresa del SNTE.
¡Qué cómodo!
Igual no la resuelven ni en el siguiente sexenio, pero la violencia criminal es la misma de siempre; hoy es más pública: otrora la callaba la tele, la radio, el periódico –ni negarlo, la verdad-, y lo digo porque en Veracruz, en el Papalopan dónde nací, había guerra entre ellos –muertes a diario-, levantaban gente, y nada, como si no pasara nada en los medios informativos de Xalapa y del Puerto; eran los tiempos bárbaros de los Zetas en 1990.
Hace siete lustros: 35 años.
Hoy están las redes: las cosas se saben casi al momento de los hechos –qué bueno-, y se exhibe la incompetencia de autoridades municipales, estatales, federales para dar seguridad a la población, y hacer valer el estado de derecho y desde luego la tranquilidad social en ese rubro.
No pasa, no se puede hablar con triunfalismos, pero sí los números reflejan que los homicidios dolosos han bajado en promedio desde 2018, que la pobreza se ha reducido visiblemente, muy aparte de los buenos dineros para banqueros y empresarios en el sexenio, se podría decir que fue de un sexenio de provecho.
Pero para nada un éxito.