René Delios
El presidente Andrés Manuel López Obrador señaló sin hacerlo que en Culiacán están en disputa dos bandas del crimen organizado -Los Chapitos y gente de Ismael “El Mayo” Zambada-, precisando que no hay una “situación frontal”, pero los conminó a “actuar con un mínimo de responsabilidad” para no afectar a la población, por lo que hizo un llamado para que diriman sus diferencias de otra manera.
¿Cuál otra si solo saben usar armas?
No son políticos: no es la negociación y los acuerdos parte primera de la estrategia, y tan no lo es que se arreglan las diferencias primero con armas, y en eso, lamentablemente se llevan entre el gatillo a personas, a propiedad ajena, desde hace años.
La referencia la hace el mandatario un día antes de venir a la conmemoración de los 200 años de la anexión de Chiapas a México, entidad que de la nada aparente, vive situaciones de violencia a la que su gente no esta aún acostumbrada, y solo oía o veía o leía de ello en medios informativos sobre otros estados del país.
Hoy están focalizados los escenarios en la región centro, frailesca y sierra del estado, en una ¿disputa? en la que la gente de esas regiones no tiene nada que ver pero si la involucran, hasta con reclutamiento forzado, amenazas, generando zozobra, dispersión, y hasta desarraigo por miedo a ser agredidos o quedar entre dos fuegos.
Se supone –solo eso- que el mensaje del presidente a los “norteños” fue también para los “sureños”, incluyendo ambos litorales del pacífico, pues imaginamos que tampoco para esos sicarios les es cómodo estar todo el tiempo bajo estrés o tensión, de ser emboscados en cada desplazamiento que realicen.
Mafias de siempre han existido, incluso en naciones de gobiernos autoritarios como China, democráticas como Italia, tercermundistas como México, y desde luego, poderosas como EU, nación en al que fingen demencia y nunca han detenido a un narco, capo, padrino.
Nunca, luego del legendario Al Capone.
Desde esa fecha quedó sellado que, sino asesinas inocentes, no hay búsqueda.
Así que allá hay una mafia que recibe la droga, la vende, concentra el dinero y lo “lava”, y aún los tremendos efectos que está generando el fentanilo en su gente, no pasa nada, y es más cómodo culpar a esas mafias mexicanas que envenenan a sus “inocentes ciudadanos”.
Para contestar eso no hay como la referencia chiapaneca que dicta que “el que es bolo, camina solo”.
No esperamos que el mandatario refiera lo local que al final de cuentas no es tan grave, aun los sucesos de encajuelados y desaparecidos, pues nada que ver con Sinaloa o Guanajuato, pero la verdad no deseamos que lleguen a eso, y es por ello que muchos dicen por acá “ya que negocien esos”.