René Delios
Las personas responden a la circunstancia de su entorno y tiempo; no creo eso de que los nacidos décadas ha, fuimos mejores pues cada cual en su momento aprendió de lo que había y desde ahí genera lo actual con los medios que tuvo u obtuvo, y así será con la generación de hoy, cuando les toque estar al frente de todo.
Hoy, con la actual tecnología para acceder rápido a información tan variada, lamento acaso que existan los que consideran que tal no ayuda pues, “el que la usa no aprende”, sostenidos en que antes se memorizaba de los libros y los maestros, cuando los libros son textos explicativos como el Google también -por ejemplo-, con la diferencia de que esa información virtual llega digerida, explicada y hasta con gráficas y videos, lo que ayuda a la comprensión -que es distinto a memorizar- de lo que se consulta.
Hoy -y no sé por qué- aún hay los arcaicos que se oponen al uso en aula de esa tecnología en la educación mexicana, tercos en que las cosas se tienen que memorizar en vez de comprender; yo insisto en que esa llamada “nueva escuela mexicana”, se rediseñe ya con la tecnología, y hasta que las pantallas sustituyan a los pizarrones.
Ya desde 2014 cuando las reformas estructurales de Peña Nieto, un estudio relacionado, señalaba que “la educación en México es obsoleta y los sistemas de evaluación para calificar a maestros y alumnos no son adecuados, -ni tomados en cuenta- para implementar medidas que regulen el sistema de enseñanza-aprendizaje de los estudiantes; todo esto origina un bajo nivel académico y de aprendizaje en los alumnos”.
Y dicho por la Unesco.
Pero salió aquello de que la reforma educativa era intimidaría, y hasta prepotente pues, pretendía evaluar al magisterio y el que no sirviera a juicio del gobierno para estar frente a aula, se le iba a reasignar a áreas administrativas.
Eso detuvo la evaluación magisterial, que es necesaria, pero no para remover, sino para capacitar a los que les falte la calidad para estar frente a grupo, pues ni negar que hay miles que no reúnen el perfil, pues no cursaron la Normal sino que son pedagogos, trabajadores sociales y por miles compraron la plaza, como pasó en Chiapas en los ochentas.
Pero eso da para otra historia.
Regresando: el llamado método “enciclopedista” ya no funciona como una herramienta adecuada para el aprendizaje; ya para los niños y niñas es hasta aburrido, les restan interés; la educación no solo debe ser interactiva, sino evolutiva.
Esto es que aún la enseñanza mexicana tiene un fuerte sustento en la memorización de datos e informaciones diversas, más o menos útiles en la formación de los niños y jóvenes, pero ya es un modelo antiguo, sobre todo ante la tecnología de acceso a la información: explica mejor el Google –con diversos autores, con imágenes y videos- que el maestro, que por lo general no lee, no se actualiza, esa es la verdad.
¿Cuántos preparan a diario su clase como es obligado en el nivel superior?
Expertos en educación indican que “en los últimos 10 o 15 años, se ha registrado un cambio —muy lento— en el enfoque educativo, para pasar de uno que privilegia la memorización de datos —un modelo clásico que estuvo vigente en la mayor parte del siglo pasado— a uno que pone el acento en las competencias de los alumnos, y en la apropiación de conocimiento útil para resolver adecuadamente problemas que cotidianamente enfrentamos”.
“México sufre una crisis en el sistema educativo”, así lo reconoce también el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, luego de que diera a conocer a finales de 2018, que los estudiantes nacionales no alcanzan a competir con los jóvenes del extranjero, por lo que el nivel de educación en nuestro país y de los mecanismos de enseñanza y aprendizaje quedan en duda.
Ahí hay algo pendiente, preocupante, básico para el futuro del país, debatido en políticas inmediatistas como inconexas que no consolidan prosperidad, pues ni siquiera el debate político aterriza, deslizando urgencias como la educación, la pobreza, la seguridad que es algo inmediato.
Pero aquí seguimos, polarizados –ahora por esa reforma judicial-, contemplando a diario a los confrontados, y en medio los ciudadanos y sus verdaderas urgencias.