Tubo de ensayo

5/septiembre/2024

 

René Delios

 

Las oligarquías no tienen cómo defender su último bastión que es el poder judicial, que por años les ha permitido –esa es la verdad- actuar con impunidad y manipular la ley y el estado de derecho, de acuerdo al criterio político del gobernante, aunque este no es el caso de la Suprema Corte, cuyos ministros en su mayoría están enfrentados con el presidente Andrés Manuel.

 

La minuta aprobada por la cámara de diputados ya está en el senado de la república, en dónde Morena solo necesita un senador más ser mayoría calificada, y puede suceder cualquier cosa para lograr ese cabildeo, pues realmente la reforma de marras es un asunto de dominio entre el ejecutivo y el judicial, este último tomándose atribuciones “en defensa” de la constitución y la democracia, cuando realmente era llevarle la contra con todo a AMLO, a la 4T y a Morena y aliados, en aras de que así se atraían adeptos para la causa opositora pues, las estadísticas estaban demasiados infladas por lo medios tradicionales, y aun con eso no desilusionaron a la población que, contundente, le dio todo el mando a Morena: presidencia, legislativos, estados, alcaldías, congresos estatales, y eso, se manifiesta hoy en los legislativos de la federación.

 

Obvio es esa oposición se manifiesta en la desesperada de todas las formas, pues se pierden mercedes y privilegios, en la idea primero, que se esta hundiendo el país, cuando eso económicamente no es cierto, o que se encamina a la nación al populismo, por el emblema de primero los pobres, o de plano que trata de militarizar el país, al entregarle la guardia nacional a la SEDENA.

 

Muy aparte de la reforma judicial que es polémica entre AMLO y las oligarquías, está ésta última de pasar a la Guardia Nacional al mando de la SEDENA, y asegurar o garantizar, que esa corporación no se contamine como sucedió con la policía federal y antes con la Federal de Seguridad (Léase: Genaro García Luna), que hubo de liquidarse ante la corrupción que entorpeció su efectividad y contrariamente permitió el fortalecimiento del músculo de la violencia por todo el país.

 

Pero en esto que deberían entrarle los estados y los municipios, no pueden porque no tienen cómo.

 

No tienen armamento de calidad y ni la capacitación, que sí tiene ese crimen organizado que se abastece de armas vía Estados Unidos, que es cosa de la que no habla el embajador de esa nación, mientras de “aquel lado” se quejan mucho de que les meten fentanilo por toneladas, cuando es su gente la que se atasca de vicio y eso es lo que genera el mercado, el que no tienen cómo controlar pues, ni a las bandas de distribución pueden -¿O no quieren?- desarticular.

 

Porque una cosa es que desde acá se la pasen, y otra es que allá la distribuyan.

 

¿Quiénes; cómo?

 

Y pues como hay demanda, hay producción de drogas desde México, y eso pone de frente o en conflicto a los diversos traficantes desde Chihuahua hasta Chiapas, arrojando a en lo que va del sexenio casi 190 mil asesinatos dolosos.

 

Es una barbaridad. Pero eso no importa, importa eso de la reforma judicial, al grado de desagrado que empresas estadounidenses en México indicaron que frenaron anuncios de inversión para el país ante las posibles implicaciones de las reformas que tramita el Congreso, para elegir jueces por voto popular y la desaparición de reguladores autónomos, reveló este martes Larry Rubín, presidente de la American Society of México, argumentando que “ante las circunstancias actuales, hemos decidido no anunciar la enorme inversión americana programada porque estamos analizando el impacto a la certeza jurídica respecto de la reforma judicial”, y eso no es más que reflejo de la postura del embajador Salazar, y su jefe el titular del departamento de estado de EU, Antony Blinken, en ese modo gringo de siempre tratar de manipular las políticas de otras naciones, solo que con AMLO chocan, y más luego de que el líder empresarial estadounidense mencionó que una de las dos candidaturas presidenciales en Estados Unidos se ha acercado a la Amsoc-México para expresar su preocupación en cuanto al impacto de reformas tan importantes para la política interna del país.

 

¿Quién?

 

Poco importa si es Donald Trump o Kamala Harris, pues ambos primero defenderán los intereses de EU, basado en sacar la mayor ganancia al más bajo costo, tal cual es el neoliberalismo explotador, de ahí el interés de que la Reforma Judicial no vaya a incluir normas que afecten los intereses depredadores de sus empresas, dándose o más bien, extrañándose el porqué, las naciones europeas, las asiáticas o las latinoamericanas, por citar también a las hermanas, no hacen comentarios de la referida reforma judicial, por lo que no va a pasar nada sobre el particular.

 

Así que a lo importante: la inseguridad que depreda la paz, aleja a la oportunidad, obstruye el desarrollo.

 

Esa debe ser también prioridad: devolvernos la seguridad pública.