René Delios
Ya pasa del año -19 de junio de 2023- cuando Andrés Manuel nombró a “una muchachita” para la Secretaría de Gobernación -renunciando Adán Augusto, que se fue a buscar la presidencial-, como si “los adultos” que han pasado por ahí hayan sido una lumbrera, aunque se entendió que era “demasiado” el cargo para la chamaca Luisa María, a la que le inventaron también de todo, incluyendo el vetusto caso de Notimex, una agencia informativa del gobierno, desde dónde sus titulares extorsionaban descaradamente a los gobiernos estatales, desde hacía tres décadas, y que mereció el golpe final de esta joven funcionaria al carearla y liquidarla.
Pero esa es otra vaina.
Digo, se qué cualquiera con inteligencia para las buenas decisiones y el buen manejo de una mesa de diálogo nacional, sacaría adelante esa chamba en Gobernación, pero se argumentó que “le quedaba muy grande el saco”, y volvieron a cuestionar la determinación de Andrés Manuel que no tenía idea del cómo darle rumbo al país.
Podemos decir que no se equivocó -como en muchos otros casos-, aparte de que en lo que va del siglo, es la primera vez que -en este caso- una secretaria de Gobernación se queda en su silla, como lo hizo Luisa María Alcalde Luján.
Ni se movió de su silla la secretaria para ser senadora o algo, ni se ha escuchado sobre una su pluri, que le diera con qué para el próximo sexenio; va a buscar la dirigencia nacional de Morena, fortalecer el proyecto de partido, con la mira puesta desde ya en 2027.
Recién, insinuaron sin mucho eco, que sería AMLO el que nombraría al gabinete de Claudia y en toda la desparramada de propuestas, referencias, no aparece ella: la especulación inició cuando, la doctora Claudia ratificó al secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, que ha sido clave en el cierre de sexenio.
De hecho, la campaña en contra de las políticas del presidente López Obrador y en contra de su investidura y la 4T, no se ve se la vayan a dejar caer igual a la doctora Claudia, quien ha certificado que va a continuar en vigencia la 4T.
No les gustó eso a las oligarquías, empezando por el derrotado Claudio X. González, quien no pudo con su tocaya.
Fue en plena campaña presidencial de AMLO y siguió todo el sexenio hasta el proselitismo de Sheinbaum, qué desde los puntos más reaccionarios de México, se le fueron encima en contra del supuesto populismo del “Lopizmo”, tan solo por refrendar su postura de “primero los pobres”, algo que los sectores más reaccionarios –decía- aun cuestionan por ser un ideal improductivo, pero nada dice el por qué eso se ha generado. Porque la pobreza, habiendo tanto en el mundo y su riqueza, se ha gestado por malas administraciones, la explotación, el despojo.
¿Y luego?
Una simple: toda la población mundial cabría en una mega ciudad del tamaño de Venezuela; lo demás sería todo naturaleza, para el beneficio colectivo, y sin dudar, sobrarían los que tratarían de adueñarse de todo eso.
Otra: en septiembre de 1977, Carl Sagan, un famoso astrónomo gringo, dijo que la famosa sonda espacial voyager -que viaja a 65 mil kilómetros por hora y dejó de funcionar medio siglo después, y ya se acerca al cinturón de Kuiper-, indicó que en su momento, si cada humano cooperara con un centavo de dólar, se enviaría una cada año, pero no, se trata de dominios y famas, egolatrismos por el beneficio de todos.
Hoy, pulverizada la riqueza, es mísero el beneficio colectivo.
Pero la llamada estructura industrial, empresarial y comercial dicen, sostienen, argumentan que son los que promueven el desarrollo del país.
Pues sí, pero no distribuyen la riqueza: de ser así se viera; nunca ha pasado, pues explotaron la labor con miserables sueldos mínimos por sexenios y sexenios, bajo la protección de los gobiernos que, para colmo, esa gente pobre, elegía confiado en su correspondencia.
Es como para que ese pueblo, como ha pasado con tantos en la historia, los odiara, se las cobrara y exigiera -en nuestro caso- a Don Andrés, que los meta a la cárcel, cual merecimiento por hacerle tanto daño a este país.