Profesores de primaria y secundaria trabajan más y ganan menos

12/septiembre/2024

Agencias

Los salarios de los maestros de educación secundaria en México son 23% menores que el promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

México tiene además la concentración más alta de estudiantes por cada docente en los niveles de educación primaria y secundaria.

De acuerdo con el estudio La educación en un vistazo 2024, de la OCDE, en nuestro país, en primaria  hay un docente por cada 24 estudiantes y en educación secundaria un docente por cada 30 estudiantes, lo que prácticamente duplica y triplica el promedio de los países de la OCDE que es de 14  y 13 estudiantes por docente, respectivamente.

El informe destaca que en el 2023 los salarios mínimos legales de los maestros de educación secundaria alcanzaron los 657 mil 437 pesos anuales, mientras que el promedio de la OCDE llega a los 856 mil 207 pesos.

El estudio muestra que nuestro país ha invertido menos dinero a la educación como porcentaje del Producto Interno Bruto, pasando de 5.1% en 2015 a 4.2% en 2021.

MENOS INGRESOS

Entre los hallazgos del reporte se encuentran que 32% de las personas adultas de entre 25 y 64 años que no han completado la educación media superior en México ganan un ingreso igual o inferior a la mitad del ingreso medio, en contraste con sólo 6% de quienes poseen un título de educación superior.

Si bien, el porcentaje de personas de 18 a 24 años que no se encuentran formalmente inscritos en algún nivel educativo, entrenamiento laboral o trabajo formal  disminuyó de  23.3% en 2016 a 16.3% en 2023, la OCDE advierte que los adultos sin educación secundaria superior corren un riesgo considerable de sufrir malos resultados sociales y laborales a lo largo de sus vidas.

Por otro lado, el informe muestra diferencias significativas entre géneros en el ámbito tanto educativo como laboral: mientras que el 91% de los hombres con un nivel educativo inferior a la media superior están empleados, sólo 47% de mujeres en esa condición lo están.

A pesar de que en el nivel terciario mejoran las tasas de empleo: 78% de las mujeres y 89% de los hombres, la brecha salarial persiste, pues las mujeres con educación terciaria ganan sólo 81% del salario de sus pares masculinos.

Esto quiere decir que aunque en México hombres y mujeres tienen el mismo nivel de logro de la educación superior de 28%, las mujeres ganan menos que los hombres en el mundo laboral.

URGEN A ATENDER LA EQUIDAD EDUCATIVA

La organización Mexicanos Primero planteó que a tres semanas de que inicie el nuevo gobierno es impostergable atender la equidad de la educación en México.

 

Tras hacer un análisis del reporte de la OCDE 2024 en materia educativa, señaló que es necesario replantear la asignación de recursos financieros hacia el sector educativo, particularmente, para acrecentar el porcentaje del Producto Interno Bruto que se destina a la educación.

Al referirse al financiamiento exclusivamente público, que en México asciende a 56 mil 918 pesos por cada estudiante de preescolar, primaria y secundaria en escuelas públicas, la organización indicó que dicho monto no sólo influye en el logro de aprendizaje de las y los estudiantes, sino también en las condiciones de las escuelas y al no invertir lo suficiente por estudiante, las escuelas en áreas pobres tienen menos recursos, lo que perpetúa las desigualdades en la calidad de la educación que reciben las y los niños.

Por otro lado reiteró que la educación en las primeras etapas de la vida es fundamental para el desarrollo de niñas y niños y pese a ello el tiempo que en México se destina a la enseñanza en educación preescolar es el menor del conjunto de países incluidos en el Panorama de la Educación 2024.

Mientras en nuestro país, el personal docente de educación preescolar destina a la enseñanza 2.7 horas al día durante 190 días al año; en Alemania, por ejemplo, la jornada de enseñanza en preescolar es de casi 8 horas diarias a lo largo de 255 días al año.

En su análisis Mexicanos Primero se refirió a la importancia de reconsiderar la universalidad de las becas, a partir de la evaluación de la ampliación efectiva de oportunidades en contextos de alta marginación, y desde la perspectiva de la igualdad de género y la inclusión.