Las crónicas de un continuo despertar

6/septiembre/2024

 

Arít León Rodríguez

 

Tener a un amigo hospitalizado es terrible.

Saber, por experiencia propia, el proceso angustiante y doloroso que la familia enfrenta, la preocupación por tanto la situación física de nuestro paciente, como la económica para sobrellevar lo que implica alguien enfermo de gravedad en estas fechas.

Lo he pensado a raíz de que experimenté la enfermedad y muerte de mi madre.

Medicamentos difíciles, extremadamente difíciles de conseguir, más allá del costo, que convierten el proceso de sanación en un doble reto.

En el caso de mi amigo, el cual esta internado a razón de un derrame cerebral por alta presión, el medicamento que se solicitó es inexistente en la ciudad, y en muchas cercanas.

Lo hallamos hasta Monterrey, con un costo considerable y el envío de 800 pesos.

Mientras estábamos en la búsqueda, un médico, amigo en común dijo: ¿Por qué no les recetaron X cosa? es el equivalente, funciona igual, y además se le puede administrar de manera inmediata, el medicamento que buscan es casi obsoleto.

Tuve un flash inmediato al 2018, donde me paso exactamente lo mismo, con otro medicamento cuya búsqueda propició que inclusive grupos de gestores médicos del otrora Seguro Popular, unieran fuerzas para conseguir unidades de bencilpenicilina procainica sódica de 2 millones de unidades. Los farmacéuticos se ponían blancos, los médicos solo cerraban los ojos y me veían con infinita lastima. No había por ningún lado.

Dos unidades en San Cristóbal, tres en Villahermosa, y encargos a dos días, tres días o tal vez una semana. Cada ámpula, costaba 28 pesos, ¿sabe? Mi paciente requería una cada 4 horas.

Me hicieron la misma pregunta: ¿No había otro tratamiento más cercano y de mayor accesibilidad? Porque en el caso actual, el que hoy nos urge, llega en 2 a 5 días, pero vaya, con las enfermedades no hay burocracia, entonces ¿por qué solicitar medicamentos que saben que no están en existencia en la ciudad y casi en ninguna parte?

¿Acaso, no existen capacitaciones para los médicos del sector salud?

El asunto es bastante serio y complicado. Por lo mismo de estar conectados con muchas personas, nosotros disponemos de redes de apoyo, búsqueda, formas de resolver y sobrellevarlo, pero, ¿Quiénes no lo tienen? ¿Cómo resolver el problema, si no dispones de los medios?

Cuantas personas diariamente se enfrentan esta situación sin saber cómo comunicarse con distribuidores, que existen farmacias de especialidades, como buscar en otros estados la medicación, y honestamente no hay sistemas de información al respecto en ninguno de los hospitales y servicios médicos en la ciudad.

Nos dejan a la deriva, en medio de miles de cuestionamientos y complicaciones. Somos un número más, el presente, el siguiente, el que fue.