Editorial

21/septiembre/2024

 

Muy aparte de la denuncia por los efectos directos y colaterales de un mal hecho de gobierno, es notorio que la intención en la mayoría de lo que se publica en redes sociales, es la de desprestigiar a los gobiernos y a sus personajes, y pocas veces hay la objetividad; se recurre al encono y la inquina: confundir la crítica con la denostación, insultar como sinónimo de inconformidad, exhibir lo privado como aparejo de la corrupción, diluyendo lo pasado pero acusando lo presente, contribuyendo a una mala calidad en la lectura política que debe dejar de ser de personajes y de siglas -sistema obsoleto que no ha dado resultados indistintas plataformas desde sexenios ha- para colocar los objetivos como trabajo de todos, de nación, con el objetivo único -sin culto a la imagen- de abatir los rezagos sociales del país que ya puede decirse que son ancestrales.

 

Pero parece que ser opositor es un asunto personal, por lo que se observa en las redes.

 

Se sigue con eso de que la política económica de AMLO esta bajo riesgo por una reforma judicial y no es cierto, cuando ha sido claro que los empresarios y banqueros ganaron cientos de miles de millones de pesos en 2023 y por el mismo camino van en 2024, aun ya no tienen la seguridad del viejo proteccionismo para invertir, y aún sus enormes fortunas y estructuras, no están dispuestos a reconocer, menos a aportar nada de sus ganancias por su nación.

 

¿Es eso equilibrado?

 

Lo curioso es que aún quienes no son empresarios, y que incluso sus familiares se ven beneficiados por los apoyos “parasitarios” de AMLO a gente vulnerable y estudiantes o jóvenes del país, cuestionan ese proyecto social por improductivo, cuando es lo contrario: recurso que llega directo al gasto individual o familiar, y éstos lo invierten en el comercio.

 

¿Dónde más va a gastar esa gente 650 mil millones de pesos de Bienestar?

 

Ese dinero “parasitario” llega al comercio, lo reactiva y a la vez, beneficia a la base que antes, ni sabía que todos esos dineros se usaban en su nombre, a través de organizaciones, fideicomisos, asociaciones, partidos.

 

En breve entra otro apoyo para mujeres a partir de los sesenta años.