Ni fingir demencia en torno a la corrupción rodante que es el autotransporte en Chiapas, sus pulpos oligárquicos, falta de normas y derechos laborales, en no pocos delitos -sí delitos- que se encubren por alguna causa, y no puede ser otra que la corrupción, en la que están inmersos no pocos funcionarios del pasado y presente, pues esta anomalía data de decenios en que se permitió que, uno de los oficios más nobles al público como lo es el chofer de taxi, sea hoy casi de desconfianza, ante la frecuencia en que uno de éstos se ve implicados en hechos delictivos, indistinto lugar del país, pues esta situación no es privativa de Chiapas, en dónde a lo más los choferes han estado implicados en asaltos a comercios e incluso en homicidios.
Ya tiene décadas que se dio el tráfico de concesiones.
Un tráfico de influencias infame porque se benefició a políticos y no a los verdaderos trabajadores del volante, a los que sin ningún rubor se desplazó de ese derecho –y son una asignatura pendiente a sanear-, por beneficiar a los que hoy son los pulpos de ese servicio, que dominan decenas de unidades que en organizaciones velan por sus concesiones no por sus trabajadores, a los que explotan y exponen, de bárbara manera con “normas” a modo, sin que éstos tengan opción más que ir a alta velocidad para cubrir la cuota diaria, sin que haya forma de que el operario reporte baja afluencia de usuarios pues, no tiene cómo: eso les garantiza a los concesionarios que a fuerza, el conductor pague la cuota.
Si en verdad se tratara de corregir los riesgos para usuarios en el autotransporte, hay que asalariar al operador, y dar boleto numerado de viajero al usuario.
Viaje pagado boleto entregado, y ahí no hay pierde en cuanto comprobar afluencia, y a sueldo seguro nadie tiene que correr, aparte de que se tienen que respetar los índices de velocidad y desde luego, la capacidad de la unidad, pues huelga decir por enésima vez que, en aras de ganar más -siempre a favor del voraz concesionario- modifican la distribución interna de la unidad, para aumentar el cupo, a incomodidad absoluta del usuario, que paga por ese pésimo servicio.
Porque para empezar es pésimo, con unidades devastadas, apestosas e incomodas.
Así que ojalá ese Proyecto Integral de Trasporte para Chiapas sea cierto, porque a la fecha no se ha visto nada.