Editorial

7/septiembre/2024

En toda la nación mexicana necesitamos combatir la corrupción, y fortalecer la transparencia, la rendición de cuentas, el ahorro o austeridad gubernamental, y erradicar la pobreza, pero para lograr todo eso necesitamos una herramienta fundamental: educación.

 

Y educación de buena calidad, pues no hay mejor instrumento para fortalecer la democracia, la pluralidad y la igualdad: la educación concientiza.

 

Se menciona que los estados con mayores rezagos son Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Michoacán, cosa que no puede seguir, aunque sí comprenden las entidades con mayor rezago educativo promedio, por otros factores incluso sociales, pero eso no se debe al magisterio, sino a los gobiernos, que en aras de favorecer a la educación particular, dejaron con mucho de invertir en estas entidades en las que por sexenios, colocaron todo tipo de trabas que fue creando deficiencias incluso estructurales, que la presente administración de Rutilio Escandón ha ido mejorando.

 

Recién el magisterio más o menos estableció acuerdos con el sector educativo federal y estatal, lo que lamentablemente no garantiza que se va a mejorar la calidad de la educación en corto plazo.

 

Desde luego que han sido muy variables y distintos los factores administrativos, políticos, gremiales y éticos que han influido en el bajo registro de calidad que por siete lustros le adjudicó irresponsablemente el gobierno federal a la CNTE, que acusó de siempre lo grave de no presupuestar lo necesario a las entidades de la costa del pacífico, mientras desde el gobierno se manipulaba información de que el magisterio mexicano tiene muchos beneficios laborales, en comparación con naciones con menos presupuesto y personal, como Cuba, que aun sin esos recursos es un ejemplo en América Latina.

 

Hoy todo se centra en los cuatro megaproyectos de la 4T, que lamentablemente no incluyó a la educación que, insistimos, es la básica para alcanzar la democracia, la pluralidad y la igualdad.