Editorial

5/septiembre/2024

Mientras los opositores, detractores, críticos al gobierno fríen en aceite la reforma judicial, esta avanza.

 

Ya está en el senado, en donde a Morena le falta un legislador para darle pase, y enviarla al ejecutivo, para su promulgación en el Diario Oficial de la Federación.

 

Eso se sabía desde el informe de gobierno, pues en el mensaje a la nación se cocinaban otros ingredientes, cosas verdaderamente importantes en y para la política de la vida nacional, que incluye todas iniciativas presentadas en febrero pasado: ¿cómo hacerles entender que ya queremos respuestas y no mera demagogia a la que recurren sus opositores con eso de que se hunde México?

 

Los buenos resultados deben darse en los números, pero también en favor de los de abajo, pues finalmente -pese a sus criticas-, AMLO se preocupa por la macroeconomía y se manifestó en que, el capital, ganó muy buen dinero, que es lo que le interesa a los neoliberales del mundo, como reflejo de que una nación es factible para la inversión.

 

¿O quién va a ir a invertir a una nación en declive económico o en alto riesgo bélico?

 

Si hay repunte en la inversión, y levanta el PIB más rápido que en otra nación de Latinoamérica, se debe reconocer, aun digan que es gracias a EU que igual levantan cuando, ambas economías tienen una relación comercial que, desde luego, busca reciproco beneficio.

 

Y desde luego que eso lo debe ver el mandatario como lo que es: reflejo de la globalización económica, de la misma manera que reconocer que las remesas de los migrantes no son logros suyos, pero sí alivio para su gobierno, como lo fueron para todos los anteriores desde el siglo pasado, en que cada mandatario ha presumido eso como propio.

 

Acaba el sexenio como empezó: en medio de la polémica, y de lo irremediable al menos por seis años: la 4T sigue vigente.