Editorial

2/septiembre/2024

 

Calculan que los padres de familia tuvieron que desembolsar unos tres mil 600 pesos en promedio por hijo, en la compra de útiles escolares, uniformes de día y deportivo, zapatos de lucir y deporte, obvio la famosa “cuota voluntaria”, entre otros gastos, sobre todo en secundaria y preparatorio, subsistemas en los que ya se contemplan el uso de talleres y laboratorios, que requieren batas, protección.

 

No existe una plataforma de ofertas y catálogos en línea que pudiera indicarnos comparaciones de precios entre lo que usualmente piden en educación básica y bachillerato, pues es sabido que por lo general los planteles establecen acuerdos con distribuidores al menos de uniformes, dejando al gusto de los paterfamilias dónde comprar los útiles, que incluye hasta forros para los libros de texto, a veces a exigencia del docente.

 

Sin embargo de acuerdo a publicaciones al respecto, se calcula que el 85 por ciento de los mexicanos planificó sus compras y más de la mitad ahorró en las vacaciones para hacer frente a estos gastos, pues son inevitables, para no recibir el impacto del costo global, pues aunque dicen que hay centros escolares que, “comprensivos”, solo le cobran a los padres una cuota en vez de dos en los casos de que asistan hermanos a un mismo plantel, cada uno tiene que usar su uniforme y ahí sí que no hay remedio.

 

En un “mercadeo” simple, aparte del incremento inflacionario, apareció la voracidad de los comerciantes –especialmente papelerías-, y a esto se integra el tiempo límite que otorga el plantel para pagar la cuota escolar, a la que ya no es tan “voluntaria”, sino obligatoria.

 

¿Seguirá ese abuso para poder ingresar a una escuela pública?

 

Porque lo dijo López Obrador, la misma secretaria de Educación y actual gobernadora de Edomex, Delfina Gómez, que no se debe pagar esa cuota.

 

Si se paga: es vigente, prácticamente obligatoria.