Tubo de ensayo

28/agosto/2024

 

René Delios

 

Y a unas semanas de que haya cambios en los 124 ayuntamientos -de acuerdo al artículo 61 de la Constitución Política del Estado de Chiapas, esto es “el 30 de octubre del año de la elección”-, suponemos que los munícipes ya habrán solucionado sus pendientes de comprobaciones –aunque no de adeudos- y demás administrativos en los municipios del estado, porque luego aparecen rezagados y esta vez como que no va a haber concesiones para nadie, y más que tiene sus semanas de que el mandatario Rutilio Escandón advirtió –con otras palabras- que el que se cuelgue pues lo cuelgan de una consignación en su caso, por lo que es de suponer que los susodichos y citadas autoridades municipales, han de estar ya casi “a mano”.

 

Desde luego qué en cada municipio con palpar a la opinión pública local, se tiene una idea del cómo actuó el munícipe -generalmente caciquiles-, y no a todos les ha ido bien, pues sigue la mala costumbre de que en aras de votos, prometen de más, y para colmo, los municipios de Chiapas -ni el estado mismo- son autónomos, como para seguir con la fanfarronada de que ser presidente municipal genera poder.

 

Eso sí, se enriquecen los bandidos; pero esos que creen que la autoridad es a su modo, no se dan cuenta que son medidos, evaluados: en la cúpula administrativa del estado, saben qué alcalde es abusivo.

 

Hay reguladores que lo impiden, y no será de sorprender -¿O sí?- saber de varios serán requeridos para aclarar en la sombra, los excesos en los gastos en las cuentas públicas municipales.

Los reguladores de precios -es decir, los inspectores que cobran por regular los precios al consumidor- ahora están en el gobierno de Morena y no hacen nada para detener ya no la voracidad de los prestadores de servicios, sino al menos que vendan calidad con relación a lo que cobran.

 

Y es que los mexicanos llevamos sexenios y sexenios padeciendo inflación, más alta que el salario mínimo, y aunque ya es ley que el salario nunca será más bajo que ésta, la verdad llegado el aumento se elevan otra vez los precios, en una escalada que hasta parece de mala fe, para mantener al consumidor, todo el tiempo sometido, tenso, porque no le alcanza en dinero ante la carestía de la vida.

 

Ya pasaron por ahí los panistas y no la resolvieron: entregaron en 2012 un gobierno quebrado y una canasta básica encarecida, y el PRI lo entregó peor a Morena, que tampoco ha logrado -sea por disputa con empresarios, sea por la economía misma- mejorar el crecimiento económico de los que menos tienen, porque eso del PIB, de las balanzas económicas y demás triunfalismo de los tratados internacionales, no aterriza -ni lo han hecho jamás- en los que menos tienen, si no se los hace llegar el gobierno vía esos subsidios del bienestar, que no se puede traducir como un logro del beneficiado, pues es un otorgamiento.

 

En éste semestre los precios al consumidor subieron más que los ingresos; cierto que se ha recuperado el empleo, la inversión extranjera, el producto interno bruto, la balanza comercial, pero eso no llega al jacal de Juvencio, allá en el cerro, a la casa de doña Lety -madre soltera- en una colonia popular, y si acaso escucha en la radio o TV abierta, que “México repuntó en la industria automotriz en el último trimestre”, y es cómo se entera de que ya hay más mexicanos que se compraron carro, igual en abonos, y se la pasaran pagándolo un buen de años, como muchos pagan el doble por una casa.

 

Con todo y eso -mal necesario- hay que apoyar la expansión económica de los empresarios, aun sea caer en el neoliberalismo como dicen desde la 4T, -pues es la IP la que genera los empleo, no el gobierno-, aparte de que ese esquema económico mundial no lo para nada, aparte de que en México la referencia está mal usada o más bien aprovechada a modo por el mandatario, para quemar un esquema y elite política que lo atacó de manera infame por años -es cierto-, pero que en sí no fue el mal del problema: lo fue y es la corrupción, y de parte de los mexicanos mismos, malos funcionarios y legisladores, no el esquema económico mundial en sí, que insisto, goza de completa salud en el ámbito global.

 

México aún no.

 

Y esto que inició con el tema de que los alcaldes tienen que rendir cuentas claras, se fue torciendo por el rumbo de la carestía de la vida y el débil control de ésta, y cierra con el tema global del neoliberalismo que como la reforma al poder judicial, la verdad muy poco le importa al respetable.