Tubo de ensayo

19/agosto/2024

 

René Delios

 

Desde la vez aquella en que leí “el que no da resultados, da excusas”, relacioné de inmediato qué para lograr toda meta hay que cumplir encargos y objetivos, pues igual dejas huella, pero “sin pisar a nadie”, como dice el otro refrán.

Pero en la política eso no funciona; por mucho que hagas solo destaca lo malo, y más en una entidad como la nuestra en la que las demandas sociales son un rezago de sexenios.

Esto porque hay entidades en las que la ingobernabilidad es evidente, pero igual la suficiencia de los mandatarios, dando estadísticas falsas de logros magros en no pocos estados de la República, y otros recurren a estrategias de distracción, sencillamente porque no tienen el cómo dar respuestas inmediatas a temas que fueron sus banderas de campaña, como lo es el terminar con la inseguridad.

 

Y en esto hay gobernadores de todos color, hasta morenos.

 

En Guerrero, en donde la abucheada –por su propio pueblo- morenista Evelyn Salgado no ha servido de mucho en su combate a la delincuencia, la trata y el narco, se ahoga en sus propias declaraciones, mientras el enfrentamiento entre bandas delictivas –que prometió eliminar- sigue causando una decena de muertes violentas a la semana, tan solo en Acapulco, pero jamás inició nada en contra de su antecesor, el priista Héctor Astudillo, pues fue a éste al que se le disparó la delincuencia.

En Veracruz, una muestra de que hay las veces que es más la boca que la capacidad, el morenista Cuitláhuac García Jiménez, no haría nada sin la guardia nacional -junto con la Marina- que custodian los puertos de Tuxpan, Veracruz y Coatzacoalcos, lo que no ha podido hacer él por sus gobernados, olvidando que él sí le cuestionó al ex gobernador Miguel Yunes -que a cada rato se le iba a la yugular a AMLO- que entregó un gobierno malogrado, pero hasta ahí, sin que se aplicara una demanda real en contra del panista, que dejó una entidad sembrada de tumbas clandestinas.

En Chiapas dicen que nos crece el crimen organizado y no: ya estaba desde tiempo ha, pues la entidad tiene un área porosa como lo es la selva Lacandona, pero por ahí no es el paso sino por la sierra, que se la disputan los criminales, generando mala imagen internacional por el efecto migratorio que causó, y que la ultra derecha internacional difundió como un “éxodo” en el ánimo descalzo de perjudicar la imagen de un gobierno progresista, “al que se le montan los criminales”.

Y así le podemos desglosar, incluyendo a los vecinos de Tabasco, en donde, los mismos problemas de violencia siguen, ahora agravado por el bárbaro cobro de piso.

Todo esto porque hay nueve gobernadores que entregan administración, y muy  aparte de que entreguen claras las cuentas ¿Cómo entregan el “ambiente”?

La otra es que no he leído que el presidente pida que mínimo los nueve entrantes auditen a los salientes, como lo pidió en 2021.

Porque no me cae que los que se van sean impolutos, corderos o palomas ante la depredadora corrupción, y sí lobas y coyotes dentro del sistema, a los que desde luego hay que auditarles todo.

Digo, no sé si la frase aquella de “a mí no me den dinero, pónganme en dónde hay”, ya perdió vigencia y presencia.

Cada sexenio pasa la misma cosa de fraudes por miles de millones de pesos, que luego se vuelven cientos y después unas decenas para terminar en culpas ligeras, cuando no los exoneran, como sucedió con Andrés Granier Melo, y han sido pocos los ex mandatarios encarcelados que sufren condenas ejemplares, como es el caso de Mario Villanueva, que se pasó 19 años tras las rejas.

Ahora se dice que todo es un teatro: que ya proscribió el delito de Lozoya, que igual el de Rosario –ya libre-; que si a Peña ni le movieron el copete, a AMLO le van a hacer una estatua en Reforma, y tantas referencias de finales de gobierno, destacando algo cierto: si AMLO entrando canceló el aeropuerto de Texcoco para demostrar quien mandaba ¿Qué hará la presidenta electa Claudia Sheinbaum? Porque una cosa es que coincida con la ideología y política social de su mentor, y otra que AMLO se quede como consejero de gobierno o Cihuacóatl, una especie de Tlacaélel de la 4T.

 

Todo poder prolongado se corrompe.

 

Pasó y pasa en Nicaragua o Venezuela, Corea del Norte o Rusia, y no pocas monarquías en el mundo, que viven en la opulencia mientras sus pueblos se la rifan entre el hambre y la miseria.

La política de la 4T es proteccionista, desde luego, y eso irrita al empresario, pero no al comerciante: todo ese recurso que se destina a mayores, estudiantes, juventud, minusválidos, sembrando vida; suman 543 mil 933 millones de pesos en 2024.

 

¿Y se ha preguntado en dónde gasta eso la gente?

 

Así es: en el comercio, y es por eso que en ese sector no le reclaman nada a la 4T, como sí lo hace el empresarial, que dejó de ser el consentido del gobierno pues, abusivos, se llenaban la bolsa y evitaron, por treinta años de neoliberalismo, ser parejos con los trabajadores y por el contrario, le escatimaron sueldo digno y derechos laborales a través del llamado outsourcing, o subcontratación durante tres décadas, hasta que López Obrador le devolvió los derechos al trabajador, incluyendo el de jubilación que, Zedillo “mocho” a la mitad de sueldo para alguien que entregó al trabajo lo mejor de su vida.

 

Así de abusivos.

 

Es por eso que ahora se sienten como despojados, y así se seguirán sintiendo por otro sexenio.

Pero ese es otro cuento: lo que ahora cuenta es ¿Cómo van a entregar cuentas los gobiernos que entregan administración?

Igual todas las administraciones morenistas son impecables, impolutas, transparentes.

 

Sí, suena a utopía.