René Delios
La doctora Claudia Sheinbaum Pardo es histórica en México, pues no solo es la primera presidenta del país, sino también de América del Norte, con lo que desde México, se sigue marcando esos matices pues fue Benito Juárez, el primer indígena o nativo, que gobernó su nación en toda América Latina, y quien desde luego, fue atacado con todo por la oligarquía de su tiempo, e igual pasó con Francisco I. Madero al término de la Revolución, y así han reaccionado las oligarquías todo el tiempo, en especial las anquilosadas.
México vuelve a escribir historia en el continente, y sus ciudadanos ayudaron con el borrador, y faltará que el desempeño de la señora presidenta sea texto a relucir en los anales de nuestro tiempo y los que vienen, en la ruta tremenda de empoderamiento de la mujer mexicana, pues con “ella llegamos todas”, a lo que la doctora hizo referencia en su discurso en el Metropolitano luego de que le entregaron su acta de mayoría, enalteciendo la lucha que han dado las mujeres a través de la historia, para que hoy por primera vez sea una mujer quien ocupará la presidencia de la República.
Desde luego que hay un basamento importante en nuestra historia, en la que las mujeres aparecen por el paso de todo éste tiempo, mencionadas en los anales antiguos precolombinos, en la conquista misma, la colonia, la independencia, la Reforma y la Revolución, desde Malintzin, Juana de Asbaje, Josefa Ortíz de Domínguez, Leona Vicario, La ‘Güera Rodríguez’, Mariana Rodríguez del Toro, María Luisa Martínez de García Rojas, y un listado que resultaría interminable incluir en ésta entrega.
Pero esa es otra historia.
La que nos ocupa es que ya es presidenta electa y en breve será la constitucional cuando, el primero de octubre tome posesión del poder ejecutivo, en sustitución de su Andrés Manuel López Obrador, también el primer presidente de centro izquierda en éste país, y al que también, la oligarquía anquilosada atacó como nunca antes se ha atacado a presidente alguno, pues existía un institucionalismo a ultranza en los medios gracias a las mercedes y privilegios presupuestales de los que eran objeto, los que al terminarse, abrieron fuego en la idea de que, diciendo hasta lo que no es, se iba a debilitar la imagen de la administración, la del presidente, su proyecto de nación y su partido, y resultó que nada más no.
Resultó que esos líderes de opinión no lo eran tanto, y la cobertura de esos medios tampoco, y Morena y candidatos los fueron remontando en cada año de elecciones estatales, y desde luego en las intermedias federales, y hoy Morena gobierna en 26 estados, domina 30 congresos estatales, las dos cámaras federales, y la presidencia de la república.
A mes y medio de que se de la celebración de los aciertos, también va a darse el recuento de los daños; ningún gobierno ha sido tan bloqueado como el de AMLO: demandas insulsas más impulsadas por la animadversión en el poder judicial, animadas por componendas políticas y hasta económicas del exterior, mediante el Departamento de Estado del país vecino, cuyo titular arruinó más la imagen de su jefe como ningún otro.
Esas injerencias motivaron una nota diplomática del gobierno mexicano, exhibiendo a Antony Blinken, cuyo doble lenguaje es cínico, y del que se desprendió pronto Kamala Harris, en su búsqueda por la presidencia de ese país, y en el caso de repuntar y ganar, también sería la primera mujer en gobernar los Estados Unidos de América.
Y esa sí que sería otra historia en América del Norte, entre vecinos de siempre distantes, aunque aliados y socios, y cuyos modos sucios volvimos a padecer con los financiamientos que, desde EU, le dieron en donación a Mexicanos contra Corrupción de Claudio X y Amparo Casar, una cifra por encima de los 97 millones de pesos.
¿Qué va a sacar la oposición para manchar la toma de posesión?
La verdad ya nada cambia el escenario prometedor que es Claudia, aun vuelvan con la misma de aceptar dinero extranjero para afectar a México, como sucedió todo este sexenio, y a AMLO, su 4T y Morena, no les vieron ni el pelo.